Sarajevo, 8 feb (PL) Un pliego de cinco exigencias al gobierno tripartita de Bosnia-Herzegovina fue presentado hoy por organizadores de protestas en una treintena de ciudades de este país, con saldo de más de 200 heridos.
Los manifestantes exigen poner los sueldos de los políticos en concordancia con los bajos haberes del resto de la población, dar marcha atrás a las privatizaciones criminales de empresas estatales y llevar ante la justicia a los «criminales económicos».
Además, los participantes en las demostraciones registradas ayer demandan un nuevo gobierno en Tuzla, epicentro de las protestas, formado por expertos sin partidos, en sustitución del dimitente gabinete regional de esa oriental ciudad de 150 mil habitantes.
El presidente de turno de Bosnia-Herzegovina, el croata-bosnio Zelfko Komisic, reconoció que la culpa del estallido de disturbios la tiene la propia clase política de esta república exyugoslava y convocó a una reunión urgente del ejecutivo tripartita.
Para el ministro bosnio del Interior, Fahrudin Radonic, lo sucedido la víspera para nada constituye un intento de golpe de Estado. Se trata de un golpe contra la mafia estatal, admitió.
«Son los niños de los padres que no tienen dinero para comprar pan», confesó Radonic.
El país balcánico, donde entre 1992 y 1995 murieron unas 100 mil personas y cientos de miles quedaron desplazadas por una guerra étnica entre serbios, croatas y musulmanes, cuenta con un desempleo oficial de 27,5 por ciento, aunque en realidad podría llegar a 40.
Según el alto representante de la comunidad internacional para este país, el austriaco Valetin Inzko, el trasfondo de los desordenes es la precaria situación social de muchos y la riqueza de unos pocos en un país con 150 ministros y 14 jefes de Gobierno.
La fiscalía de la ciudad de Tuzla anunció una investigación sobre la toma y quema del edificio de la administración cantonal, así como de la sede del Archivo Municipal, indicó el rotativo Dnevi Avaz.
Además, la pesquisa también abarca a Sarajevo, donde fue asaltada e incendiada la sede de la presidencia, Mostar, Zenica y Bihac, todas importantes ciudades de esta nación formada por una confederación croata-musulmana y una república serbia desde 1995.
Medios de prensa destacan que los disturbios se iniciaron en Tuzla, donde los sindicatos movilizaron a trabajadores para exigir la dimisión del gobierno local y el fin de privatizaciones iniciadas en 1998, que solo causaron miles de despidos, sin beneficios.
Durante las manifestaciones, cientos de personas encapuchadas quemaron edificios administrativos, tiendas y autos, lo cual fue criticado por representantes de los gremios, quienes abogaron por una protesta pacífica.
Varias decenas de personas fueron detenidas, incluido el dirigente sindical Josip Melic, después de violentos choques con fuerzas antimotines, destaca la televisión capitalina.
Las autoridades aclaran que, a diferencia de otros momentos en su historia, en esta ocasión las manifestaciones carecieron de motivaciones étnicas o religiosas.