La Habana, 13 feb (PL) Las FARC-EP reafirmaron hoy aquí al cierre del XX ciclo de conversaciones de paz con el Gobierno colombiano su respaldo a la sustitución de cultivos ilícitos, acompañada de la implementación de planes alternativos.
Tal postura fue expuesta por Iván Márquez, jefe de la delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) que desde hace 14 meses realiza conversaciones de paz en La Habana con el gobierno colombiano, para poner fin a un conflicto de más de medio siglo.
La única vía cierta de solución al problema que estamos debatiendo en lo que concierne a la eliminación de los cultivos de uso ilícito, no es la erradicación forzada y las fumigaciones con agentes químicos, sino la sustitución voluntaria, concertada y gradual acompañada de planes alternativos promisorios, afirmó Márquez.
En ese sentido, el líder insurgente criticó -al considerarla fracasada- la actual guerra antidrogas del Gobierno «trazada a sangre y fuego por Estados Unidos», que a su juicio afecta a los eslabones más débiles de la cadena (campesinado y consumidores) y cuya represión y prohibicionismo han agudizado el problema de las drogas.
En su lugar, se pronunció a favor de la propuesta enarbolada por la insurgencia, basada en la sustitución de usos ilícitos de los cultivos de hoja de coca, amapola y marihuana con la participación activa de las comunidades involucradas.
La iniciativa insurgente prevé entre otras cosas la sustitución de usos ilícitos a través de Planes de desarrollo alternativo que garanticen el bienestar de las comunidades involucradas y mediante la intervención directa del Estado para regular la producción y el mercado de la hoja de coca, la amapola y la marihuana.
Todo ello sobre la base del reconocimiento de las cualidades alimenticias, medicinales, terapéuticas y culturales de esos cultivos.
Conocemos de la disponibilidad y determinación de las gentes del campo por coadyuvar en la solución del problema de los cultivos de uso ilícito, pero el gobierno debe abandonar el miedo a la legalización regulada y a los usos alternativos que generen beneficios a la sociedad, expresó Márquez.
Asimismo, criticó la asimetría de la acción punitiva del Estado, que por un lado -dijo- protege a banqueros, empresarios, latifundistas y militares ligados a las mafias del narcotráfico, en detrimento de los eslabones más débiles.
No obstante, Márquez destacó al cierre de esta ronda de diálogos, que esta había concluido «con avances y entendimientos en cuanto a generar una nueva estrategia distanciada de la fracasada guerra contra las drogas impuesta por los Estados Unidos».
Este jueves, las delegaciones del Gobierno colombiano y las FARC-EP comenzaron a construir los primeros acuerdos para la solución al problema de las drogas ilícitas, tercer tema que se discute de una agenda de seis puntos en el contexto de los diálogos de paz en La Habana.