El beso es un símbolo universal que nos remonta al tema del amor, la pareja, la conexión entre dos personas y la intención de la paz. Un beso puede ser el inicio de todo un proceso de erotismo, de vida y en toda la expresión de la palabra: carnal. A continuación te mostramos algunos besos más famosos de la historia:
El Beso de Gustav Klimt
El beso (original en alemán: Der Kuss) es una obra del pintor austríaco Gustav Klimt y probablemente su obra más conocida. Es un óleo sobre lienzo de 180 x 180 centímetros, realizado entre 1907-08. Esta obra, que sigue los cánones del Simbolismo, es una tela con decoraciones y mosaicos y fondo dorado. Está expuesta en la Österreichische Galerie Belvedere de Viena.
En la bibliografía reciente se ha interpretado este lienzo, desde la óptica de la iconografía, como una representación simbólica del momento en que Apolo besa a la ninfa Dafne que se está convirtiendo en laurel, de acuerdo con el relato de la metamorfosis de Dafne que se encuentra en la obra de Ovidio. Esta obra se completa con la del friso de Klimt en el comedor del palacio Stoclet de Bruselas, en el que la metamorfosis de la pareja se consuma y nace un nuevo laurel. Esta perspectiva, apoyada en la literatura, da un sentido a esta obra de Klimt en un contexto iconográfico, no sólo metafórico, de la historia del arte. Dicho cuadro ha tenido gran influencia en el video de la abertura del anime Elfen Lied. Existe, asimismo, una canción, “El beso de Klimt”, inspirada en este cuadro, y obra de la polifacética artista madrileña Virjinia Glück.
El Beso de Auguste Rodin
Antes de crear la versión en mármol, Rodin produjo varias esculturas menores en yeso, terracota y bronce. En principio fue llamada Francesca da Rimini, nombre de uno de los personajes del Infierno de Dante, que se enamoró del hermano de su marido, Paolo, a su vez casado. Enamorados mientras leían juntos la historia de Lanzarote y Ginebra, fueron descubiertos y asesinados por el marido de Francesca. En El Beso puede verse el libro en la mano de Paolo. Cuando los críticos de arte vieron la escultura en 1887, sugirieron el título menos específico de El Beso (Le Baiser) en lugar del de Francesca da Rimini.
En 1888, el gobierno francés encargó a Rodin la primera versión en mármol de El Beso de gran tamaño y apareció por primera vez en el Salón de París en 1898. Fue tan popular, que la compañía Barbedienne ofreció a Rodin un contrato para producir un número ilimitado de pequeñas copias en bronce.
El Beso, fotografías
Beso de despedida entre un soldado y su amada. California, 1950.
Un joven soldado besa a una enfermera a su regreso de la guerra, es el beso más famoso de la historia, la imagen original no fue tomada a color
100 World Kisses
Actualmente, el fotógrafo argentino Ignacio Leeman se dedica a fotografiar 100 besos por cada ciudad alrededor del mundo con su proyecto «100 World Kisses». Ha sido reconocido mundialmente como el «Cazador de Besos», Ignacio ha fotografiado más de 1100 besos en ciudades como Tokyo, New York, Hiroshima, London, Mexico, Buenos Aires, Paris, Amsterdam, Roma, Barcelona, Berlin, Venecia, Florencia, Lima. Esto es parte del resultado: