Washington, 23 feb (PL) La asesora de Seguridad Nacional, Susan Rice, dijo no estar arrepentida de las inexactitudes que expresó públicamente sobre el atentado al consulado de Estados Unidos en la ciudad libia de Benghazi, en 2012.
Rice recibió una lluvia de críticas tras sus declaraciones entonces cuando aseguró en nombre de su gobierno que el ataque en Benghazi parecía ser una «reacción espontánea» a un vídeo antiislámico difundido en Internet.
Sin embargo, poco después la administración del presidente Barack Obama dio una versión diferente de lo ocurrido.
La funcionaria defendió la posición que asumió, la que a su vez tuvo un importante costo político para ella.
Rice era embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas y una de los principales candidatos de Obama para ocupar la secretaría de Estado, tras la partida de Hillary Clinton.
La consejera de Obama en materia de seguridad nacional señaló que los datos que proporcionó después de los ataques «era lo que teníamos en ese momento» durante una entrevista para el programa Meet the Press, de la cadena NBC, en la que admitió igualmente que algo de su información «no era al 100 por ciento correcta».
Rice comentó que, en realidad, ignora si sus respuestas mataron sus posibilidades de conseguir el máximo cargo diplomático en Washington, pero de lo que sí está convencida es de que «yo (ahora) tengo un gran trabajo».
Cuatro estadounidenses murieron en el atentado del 11 de septiembre 2012 en Benghazi: el embajador en Libia Christopher Stevens, los exNavy SEAL Tyrone Woods y Glen Doherty, y Sean Smith, un oficial del Departamento de Estado.