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La Habana.- Con la apertura hoy del XVI Festival del Habano, con la presencia de más de mil personas de 70 países trae a la mente la historia del tabaco, y en particular la referencia cubana.
Rodrigo de Xerez y Luis de Torres fueron los mejores hombres de Cristóbal Colón, durante el viaje a América, quien los escogió el 2 de noviembre de 1492 para llevar las cartas de presentación de los Reyes Católicos al emperador de los chinos, y el ansiado Cipango (Japón), pero se equivocaron, estaban en Cuba.
Los emisarios de Colón vieron a los indios con unos tubos de hojas en los labios, en el cacicazgo taíno de Maniabón, en la región oriental de la isla, sin saber que dicho descubrimiento traería una historia muy actual, como la del Festival del Habano.
Sobre ese hecho primigenio, el representante de la Iglesia, fray Bartolomé de las Casas, dejaría constancia escrita en su diario y a partir de ese momento acumularía una serie de sucesos.
Esta planta parece ser nativa de Suramérica, de la familia de las Solanáceas, pero a la llegada de los españoles los aborígenes la cultivaban, por lo cual todo confirma la paternidad cubana del tabaco.
El monopolio de la hoja también surge por Real Cédula el 18 de diciembre de 1740, carta que permite la creación de la Real Compañía de Comercio de La Habana.
A partir de ese momento aparecen períodos de estanco y desestancos, guerras y pedidos, hasta convertirse en una de las primeras industrias cubanas, la de los famosos Habanos, que hoy inician su gran fiesta.