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Río de Janeiro.- Los coloridos disfraces, las emblemáticas carrozas y las danzarinas sorprendieron de nuevo a los brasileños que asistieron al primer día de estos festejos, convertidos en vitrina del país para visitantes de todo el planeta.
En esta urbe, la mayor fiesta del año comenzó después que el alcalde Eduardo Paes entregó al Rey Momo la llave de la ciudad, entre el ruido de los tambores y los impresionantes movimientos de bailarinas.
Momo es el personaje que encabeza los excesos y la locura del carnaval y gobernará la ciudad, de manera simbólica, hasta el próximo miércoles, cuando se cerrarán estas festividades.
Para Río esta ocasión es especial, pues el Sambódromo, estructura de hormigón hecha para recibir las escuelas de samba, cumplió 30 años de creado por el afamado arquitecto Oscar Niemeyer.
Por sus 750 metros de pista avanzaron esta madrugada siete escuelas de samba, integradas cada una por unos cinco mil bailarines, que danzaron y exhibieron seductores atavíos, llenos de colores y adornos.
Las carrozas impresionaron a los espectadores, debido a sus variados diseños inspirados en el deporte, la cultura o en pasajes de la historia.
La alcaldía de Río espera que el número de turistas durante estos festejos se acerque al millón, cifra que superaría la de 2013, mientras el nivel de ingreso ascendería a casi mil millones de dólares frente a los cerca de 600 millones recaudados el pasado año.
Una de las comparsas dedicó su presentación al fútbol y con paraguas pintados de blanco y negro y balones en los pies dieron un toque artístico a este deporte rey en Brasil, que en junio próximo acogerá la Copa Mundial.
La lluvia no pudo amargar las fiestas aquí y en Sao Paulo, Recife y Olinda, en el estado de Pernambuco, y en Salvador, en Bahía, así como otras ciudades brasileñas.
Las escuelas de samba de Sao Paulo llenaron asimismo el Sambódromo de Anhembi, con capacidad para unas 30 mil personas, mientras en Recife, Olinda y Salvador crece cada año la afluencia de turistas, para disfrutar de la arquitectura colonial de sus municipios y las tradiciones mantenidas por sus habitantes.