Washington, 13 may (PL) William Burns, embajador estadounidenses en Rusia, sabía desde 2008 que las intenciones de Ucrania de adherirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) podrían desencadenar una guerra civil, revelan nuevos cables del portal digital WikiLeaks.
Los memorandos corresponden a documentos enviados por Burns desde Moscú el 1 de febrero de 2008 a dirigentes de la OTAN, al Consejo Nacional de Seguridad, al departamento de Defensa y al secretario de Estado de Estados Unidos.
El entonces diplomático explicaba que las aspiraciones de Ucrania y Georgia hacia la OTAN «no solo tocan una fibra sensible en Rusia, sino que también engendran graves preocupaciones acerca de las consecuencias para la estabilidad en la región».
Burns informaba a la administración que Moscú temía consecuencias impredecibles e incontrolables que afectarían gravemente la seguridad regional.
Expertos nos dicen que Rusia está particularmente preocupada por las fuertes divisiones que causa la cuestión del ingreso en la OTAN de Ucrania, donde una gran parte de la comunidad étnica rusa está en contra, lo cual podrían dar lugar a una importante ruptura que implique violencia o, en el peor de los casos, una guerra civil, explicó.
Ante esa eventualidad, Rusia tendría que decidir si debe intervenir; una decisión que las autoridades del Kremlin no quieren tener que tomar, escribió Burns.
Moscú considera ilegítimo el nuevo gabinete ucraniano, mientras acusa a gobiernos occidentales de estar detrás de los disturbios protagonizados por grupos ultraderechistas que provocaron la caída del gobierno de Víktor Yanukovich en febrero último.
Autoridades rusas también denuncian que medios de información y gobiernos occidentales lideran una campaña de satanización en su contra tras el referendo en Crimea y los acontecimientos en Lugansk y Donetsk, regiones del este de Ucrania que este domingo proclamaron su independencia tras un plebiscito.
Como parte del empeoramiento de las relaciones con Moscú, Washington y otros gobiernos occidentales ha dispuesto el envío de tropas y el incremento de la presencia de unidades navales de guerra en el mar Negro como complemento de sanciones económicas y financieras contra empresas y ciudadanos rusos y ucranianos.