Ginebra (PL) Fundada hace 66 años para promover políticas sanitarias a nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) está inmersa en un programa de reformas a fin de enfrentar los retos cada vez más complejos del siglo XXI.
La OMS fue creada el 7 de abril de 1948 y durante más de seis décadas ha jugado un importante papel en la extensión de los servicios básicos, como la inmunización, el saneamiento, el control de las enfermedades y la disminución de la mortalidad infantil, sobre todo en países en desarrollo.
Entre sus logros más notables figura la eliminación en 1980 de la viruela, un virus que produjo muchas muertes y dejó ciegas o desfiguradas a multitud de personas a lo largo de siglos.
Su erradicación «demuestra que con una determinación mutua firme, un espíritu de equipo y de solidaridad internacional se pueden alcanzar ambiciosos objetivos», dijo la directora general de la entidad, Margaret Chan.
La OMS ha desempeñado un destacado trabajo en el enfrentamiento a enfermedades como el cólera, el paludismo, la lepra, la oncocercocis, la elefantiasis y la hepatitis, por sólo mencionar algunas.
Ese organismo especializado de la ONU contribuye, además, al suministro de medicamentos esenciales, la lucha contra el SIDA, la mejora de la salubridad y la promoción de los estilos de vida sanos.
Durante los últimos años la OMS emprendió un proceso de reformas dirigido a prepararse para enfrentar mejor desde «los viejos problemas que se resisten a desaparecer hasta las nuevas amenazas para la salud pública».
Este programa, adoptado en 2012, hace hincapié en reorientar las actividades básicas a fin de superar los retos sanitarios y conseguir mejores resultados, reformar el financiamiento y la gestión de la entidad y transformar la gobernanza.
El fortalecimiento de los sistemas sanitarios, con énfasis en la atención primaria, seguirá siendo uno de los asuntos prioritarios, así como la mejora de los indicadores relativos a las mujeres y los niños.
También formarán parte de las prioridades las iniciativas dirigidas a la reducción de la pobreza, la disminución de los costos de la atención médica y la aplicación de normas para garantizar la inocuidad del agua y los alimentos, la calidad del aire urbano y la seguridad de los productos farmacéuticos.
En estos momentos la organización está enfrascada en un plan para la reducción de la tasa de incidencia y mortalidad por la tuberculosis de aquí a 2025, así como en las metas de salud para después de 2015, declaró en una reciente entrevista a Prensa Latina el doctor Antonio González, jefe del departamento de organismos internacionales del Ministerio de Salud Pública de Cuba.
Asimismo está en examen actualmente el plan de acción mundial conocido como el Decenio de las Vacunas, destinado a prevenir millones de muertes en todo el mundo en el período de 2010-2020, dijo.
Otro tema de emergencia señalado por la OMS es el peligroso rebrote de la poliomelitis detectado este año en diversos países de África y Asia, ante lo cual es esencial una respuesta internacional coordinada.
La Organización Mundial de la Salud desarrolla también la campaña Salve vidas: lávese las manos, a fin de prevenir las infecciones y combatir los patógenos multirresistentes.
Una de las graves amenazas para la salud pública en todo el mundo en la actualidad es la resistencia a los antibióticos en todas las regiones del mundo.
Pero además de las enfermedades infecciosas, otro de los temas de preocupación hoy en día son los padecimientos crónicos no trasmisibles, que ocasionan graves problemas, indicó González.
En ese sentido mencionó los cardiovasculares, el cáncer y la diabetes, que se han difundido mucho internacionalmente y la propuesta es encararlas con un enfoque de promoción y prevención.
El doctor explicó que lo fundamental es evitar su aparición y para ello es importante una dieta sana, hacer ejercicios físicos, evitar el tabaquismo y muchas otras acciones de carácter preventivo.
«Tenemos que luchar mucho a fin de crear en la población hábitos saludables para no sólo vivir, sino vivir con calidad», expresó.
Según los principios constitutivos de la OMS, «la salud es el estado completo de bienestar físico, psíquico y social de un individuo y no sólo la ausencia de enfermedad».
La OMS y los retos del siglo XXI

Por Carmen Esquivel