Panamá, 22 may (PL) La principal fuerza que requerirá el presidente electo de Panamá, Juan Carlos Varela, para iniciar su mandato el 1 de julio próximo será un cuerpo de zapadores para desactivar minas dejadas a su gobierno, advierten hoy sus voceros.
Esa es la conclusión que se desprende de la alerta formulada por el diputado panameñista Luis Eduardo Quirós, quien denunció que el presidente Ricardo Martinelli trata de minarle el terreno a Varela para que encuentre un país convulsionado.
La observación de Quirós es respaldada por hechos concretos que el Partido Panameñista, ganador de las elecciones generales del domingo 4 de mayo, denuncia como acciones puntuales contra el nuevo Ejecutivo para dificultar su gobernabilidad.
Entre ellas citan las declaraciones del ministro saliente de Seguridad, Raúl Mulino, quien a última hora, y cuando ya no será de su competencia, anunció que aumentará el sueldo a los policías en 100 dólares mensuales.
Otra de las minas sembradas es el aumento de salario de 300 dólares mensuales a los maestros decretado por la ministra de Educación Lucy Molinar en el apogeo de la campaña electoral oficialista que los docentes califican de engaño y generó una de las peores huelgas, incluidos ayunos, en el sector.
Ese conflicto, de hecho, ya fue pasado al nuevo gobierno que ha creado una comisión para tratar el tema con los profesores, y ambos aumentos -maestros y policías- afectarán el presupuesto nacional que regirá el primer año de mandato de Varela.
El terreno en salud pública también está minado por un grave desabastecimiento en las farmacias, contratación de extranjeros, un turbio proceso de compra de ambulancias suspendido a última hora, y problemas legales inconclusos como muerte de neonatos, víctimas de bacterias hospitalarias, y muchos asuntos más.
Otra situación muy explosiva que encontrará Varela será la de la deuda pública superior a los 21 mil millones de dólares incluidos los contratos llave en mano, cuyo servicio en masa comienza precisamente con su gobierno cuando se pronostica una merma en el ingreso y el crecimiento del Producto Interno Bruto.
El terreno social también está saturado de problemas con los precios de la canasta básica de alimentos, el transporte colectivo público, el agua potable y la vivienda, aunque en esos sectores ya los zapadores de Varela están haciendo su trabajo y han prometido desminarlo de inmediato.
El gobierno también empezará el 1 de julio a barrer de minas las estructuras del Estado, un sistema de más de 70 agencias, autoridades, institutos, superintendencias, secretarías, programas, dominado por funcionarios designados por Martinelli donde radica su fuerza oculta.
Varela ha dicho que enfrentará ese tema y adelantó que dejará sin efecto cinco autoridades que creó el presidente saliente en el último año para consolidar su poder.
Ante ese cuadro tan poco reconfortante para Varela, el diputado Quirós alerta que la colocación de minas no ha cesado y pone como ejemplo la convocatoria a sesiones extraordinarias de la Asamblea Nacional cuando el período ordinario cerró sin nada que debatir.
El abogado constitucionalista Miguel Antonio Bernal sostiene que es una provocación y abuso de autoridad de Martinelli pues si bien la Constitución lo faculta, este debe hacerse para temas urgentes lo cual no es el caso, pues ni siquiera se conoce el contenido de los 23 proyectos a debatir. Es difícil saber qué se trama.
El expresidente de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa Roberto Troncoso dijo que esto le recuerda al mundial de fútbol del 2010 cuando Martinelli «goleó» al país con una ley antinacional que generó violentas protestas y una feroz represión que dejó 11 muertos en Changuinola.
De todas formas Varela reiteró a los diputados que no aprueben leyes que perjudiquen al país pues él las derogará inmediatamente que asuma el gobierno.