¿Por qué no ha dejado de llover?

Hay pocos elementos científicos para decir que las lluvias se adelantan por efectos del cambio climático. Este año los culpables fueron los frentes fríos.

La lluvia es uno de los fenómenos atmosféricos más fascinantes. La humedad, la temperatura y el viento son algunas de las variables principales que se intercalan en este cóctel hídrico que se derrama regularmente sobre nuestras cabezas, pero parece que este año las lluvias hicieron acto de aparición mucho antes de lo previsto.

Todos tienen una historia al respecto que conjunta la nostalgia de otros tiempos con partículas líquidas de alrededor de 0.5 milímetros, ¿realmente se adelantó lo que conocemos como temporada de lluvias?

El doctor Luis Brito, investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C. (CIBNOR) centro de investigación científica perteneciente al Sistema de Centros Públicos CONACYT, señala que México es un país montañoso y los factores que afectan al tiempo atmosférico como la elevación del terreno, la latitud y la distancia a cuerpos de agua, crean un enorme mosaico de posibilidades que hacen que la humedad en forma de lluvia ingrese o no al continente.

Brito, quien el año pasado desarrolló en Hermosillo un proyecto, a través de la Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos (REDESClim) de CONACYT, para entender el comportamiento de las lluvias en zonas urbanas, principalmente aquellas que provocan inundaciones, señala de que la sensación de que la temporada de lluvias «se adelanta» prevalece entre personas de diferentes ciudades de nuestro país, sin embargo no hay ningún estudio en México que demuestre que se está observando un desfase.

Por otra parte el ingeniero Miguel Ángel Gallegos, del Servicio Meteorológico Nacional, comenta que la temporada de lluvias oscila.

Su entrada no tiene una fecha exacta, pero generalmente se establece en el transcurso de la segunda quincena del mes de mayo. «Estamos hablando de lluvias por ondas tropicales o sistemas que provienen del Mar Caribe y del Golfo de México. Eso es lo que generalmente se establece en la temporada típica de lluvias de mayo a octubre, sin embargo en este 2014 hemos tenido lluvias en marzo, abril y todo mayo», señala el también meteorólogo.

Gallegos agrega que las precipitaciones recientes no se deben precisamente a que la temporada de lluvias se adelante sino que tienen que ver con otros fenómenos atmosféricos, como que los frentes fríos no han dejado de ingresar al país.

«La temporada de lluvias viene asociada con un incremento del flujo de aire húmedo desde el Atlántico y el Golfo hasta nuestro territorio, de allí provienen las lluvias de verano. Así que hasta que los frentes fríos se retiren, ya podremos hablar con claridad de precipitaciones típicas de esta estación», subraya el científico.

Las lluvias atípicas de este año en nuestro país muestran que la actividad polar, que se manifiesta en un patrón de circulación de aire gélido de tipo invernal, todavía está presente al norte del país.

«Esta condición es atípica. Las masas frías en torno al círculo polar ártico son muy fuertes todavía y aunque no se manifiestan con la misma actividad que en los meses invernales, se mantienen presentes», señala el especialista y acota que estas masas polares encuentran muchos mecanismos para moverse hasta latitudes menores, como la de México.

Generalmente los frentes fríos ingresan entre septiembre y octubre. Se concentran en la parte norte del país y posteriormente empiezan a afectar la parte centro. Sus afectaciones llegan hasta marzo, pero de manera muy escasa, sin embargo en esta ocasión el frente frio 55 afectó hasta mayo.

Monitoreo

Luis Brito señala que México es miembro del programa titulado «Sistema de Pronóstico Combinado de Norteamérica» (NAEFS – North American Ensemble Forecast System, por sus siglas en inglés), donde intervienen especialistas de Canadá, Estados Unidos y México a través de los servicios meteorológicos de cada país. Este programa es auspiciado por la Organización Meteorológica Mundial y combina los modelos más actualizados de predicción del tiempo.

Respecto al monitoreo de variables meteorológicas que ayudan a estudiar las precipitaciones, el especialista señala que a través del Servicio Meteorológico Nacional se está tratando de unificar las bases de datos del país.

«Esto quiere decir que en un solo sitio se está realizando el acopio de datos producidos por las diferentes instituciones federales, como CONAGUA, Comisión Federal de Electricidad, Secretaría de Marina y PEMEX, entre otras» señala.

Brito apunta que el proyecto de modernización del Servicio Meteorológico Nacional tiene entre sus estrategias llevar a cabo acciones para consolidar y fortalecer la infraestructura y equipamiento necesario para mejorar el monitoreo atmosférico e hidrológico en México: «Se están adquiriendo radares meteorológicos que mejoran la calidad del monitoreo. También se está fortaleciendo la red de estaciones meteorológicas automáticas y el uso de la información de satélites».

Esto al parecer es urgente pues para el doctor José Luis Bravo, del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, es necesario trabajar con suficientes datos e interpretados con mucha precisión para que los resultados tengan la veracidad suficiente para determinar los cambios que han ocurrido en el clima en México durante los últimos años.

Bravo ha estudiado las precipitaciones en la Ciudad de México, pero sólo pudo realizar observaciones continuas con la información correspondiente de 1953 a 1988.

«Después de ese año, debido a las crisis económicas y sociales, no hubo presupuesto para la observación meteorológica y la información se redujo a una tercera parte», comenta.

Bravo enfatiza también la necesidad de que haya más gente especializada en el área para fortalecer el registro de datos y aspirar a una estadística confiable en las investigaciones.

¿Cambio climático?

A pregunta expresa sobre si este tipo de fenómenos tienen que ver con el cambio climático, Miguel Ángel Gallegos responde que en todos los países del mundo se están realizando estudios al respecto, pero no hay información contundente sobre este preciso tema de estudio.

«De alguna manera podemos saber que el cambio climático está en el planeta y lo afecta, pero lo que no podemos afirmar es si sus efectos afectan particularmente un evento especifico como el frente frío. Pareciera que es algo evidente, pero en realidad no lo es».

Por otro lado, Luis Brito señala que no es lo mismo hablar de variabilidad climática que cambio climático pues para tener la certeza de que realmente está ocurriendo un cambio, es necesario disponer de una larga historia de observaciones que permitan estimar la certeza estadística del cambio.

«La variabilidad climática es una propiedad de los sistemas naturales y puede producir desviaciones significativas respecto de un valor medio. Cuando las desviaciones ocurren de manera repetitiva, existe la tendencia a creer que está ocurriendo un cambio en el clima, por ejemplo: las inundaciones más recientes que ocurrieron de 2007 a 2009 y 2011 en Tabasco. Pero no tarda mucho cuando las condiciones vuelven a cambiar en sentido opuesto, como las sequías severas en el norte de México en 2011 y 2012. La variabilidad de las lluvias, principalmente las observadas en las zonas áridas y semáridas de México, hace necesario un análisis más robusto».

Brito agrega: «Lo que puedo decir es que entre 1920 y 2010 algunas regiones de México han mostrado cambios en el comportamiento de las lluvias que también afectan al comportamiento de los caudales en los ríos. Al parecer, el incremento de lluvias que se observa en algunas zonas montañosas del norte de México tiene su explicación en la mayor intrusión de humedad producida por los ciclones tropicales. La duda es si los modelos de circulación general de la atmósfera coinciden en el resultado de que el suroeste de Estados Unidos y el Noroeste de México se volverán más áridos.

El problema no es sencillo ya que nos falta conocimiento sobre los factores del clima que son precursores de los cambios observados» finaliza.

Pronóstico 1970-2100

Federico Graef, director del CICESE (Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada) señala que un pronostico siempre es factible. Gracias a las herramientas tecnológicas actuales se pueden crear modelos dinámicos que intercambian información para proyecciones futuras.

Esta institución está a punto de presentar a la comunidad científica internacional el estudio: «Variabilidad Interanual de la Precipitación en el Sur de México y América Central y su relación con la temperatura superficial del mar a partir de un conjunto de proyecciones futuras de simulaciones usando CEMIP5 GCMs y REg CM4 CORDEX».

Para Graef uno de los datos más contundentes del estudio es la fuerte relación de las condiciones climáticas de esta región con la temperatura superficial del mar, en el que se ha observado un calentamiento mayor en el Pacífico que en el Atlántico. «También manejamos un escenario poco optimista en la concentración de los gases de efecto invernadero», señala.

Otro dato que establece la simulación es la prevalencia de estaciones más secas durante el verano por la variabilidad de precipitaciones de junio a septiembre.

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