«El miedo desplazó la alegría de vivir en la ciudad», afirma el diario, que agrega que hoteles, restaurantes y bares cerraron sus puertas; al oscurecer, las calles se vacían, y entre la población prevalece una «mentalidad de guerra».
«Tampico es una de las ciudades más violentas en uno de los estados más violentos», apunta el medio británico, el cual asevera que las medidas adoptadas por el gobierno federal para erradicar el crimen, como enviar al Ejército, en lugar de combatir la violencia, la «exacerba».
De acuerdo con The Guardian, la violencia en el estado ha hecho estragos en la economía del puerto, la cual se encuentra «colapsada» ya que se basa en la informalidad, es decir, en actividades encabezadas por el crimen organizado, por lo que vivir en la legalidad resulta difícil.
Dicha situación económica, aunada a una ola de plagios, han provocado un éxodo poblacional, principalmente de la clase media y alta, acota.
Ante la situación estatal, los habitantes se han movilizado y convocado a diversas marchas, como la que se llevó a cabo el pasado mes de marzo, organizada por Eduardo José Cantú, quien asegura que la realidad retratada por el gobierno del estado, no corresponde a la de los habitantes.
«El gobernador (Egidio Torre) debe dejar de afirmar que Tampico es como Disneylandia, que las cosas son fabulosas y que todos deberían de venir a pasar sus vacaciones de Semana Santa aquí», cita el medio.
Sin embargo, históricamente, no es la primera vez que Tampico se ve envuelto en una posible desolación y colapso económico, ya que en 1923 la ciudad «se hundió» debido a la alza en los precios del petróleo, recuerda el diario.
De acuerdo con un historiador local, identificado como José y citado por The Guardian, los ciudadanos del puerto «no tienen muchas expectativas en su gobierno», por lo que «la ciudad debe volver a erigirse sobre sus ruinas» tal como ocurrió en un pasado.
El pasado 13 de mayo, el gobierno de Peña Nieto anunció una estrategia de seguridad especial en Tamaulipas, eso tras una serie de enfrentamientos entre grupos del crimen organizado y fuerzas de seguridad.
En tanto, la Secretaría de Gobernación (Segob) indicó que los tres ejes de la estrategia serán la depuración de los cuerpos policiales; el combate al tráfico de armas, drogas y personas, así como el desmantelamiento de bandas criminales.