París, 9 jun (PL) La tradición de los enamorados de sellar su amor con un candado puso en peligro el célebre Puente de las Artes de París, que debió ser evacuado cuando una de sus barandas sucumbió al peso de las cerraduras.
Este fin de semana dos metros y medio de rejas se derrumbaron sobre la pasarela, lo cual obligó a las autoridades a prohibir el paso durante varias horas y a colocar dos paneles de madera temporales en el lugar.
El Pont des Arts, de uso únicamente peatonal, une el Instituto de Francia con el Museo del Louvre, antiguamente llamado Palacio de las Artes.
Construido entre los años 1801 y 1804, con un diseño de Louis Alexandre y Jacques Dillon, fue el primero de estructura metálica edificado en la llamada Ciudad Luz.
En la década de 1980 debió ser reconstruido debido a que presentaba deterioros causados por los bombardeos de la primera y segunda guerra mundial y por el choque de una embarcación contra uno de sus pilares.
Este es un importante destino tanto para nacionales como para extranjeros debido a que ofrece una de las mejores vistas de la Isla de la Cité, núcleo original de la capital y sede de la catedral de Notre Dame.
Pero su atractivo se ha incrementado por la visita de cientos de parejas de todo el mundo que llegan hasta allí cada año para sujetar un candado a su baranda y tirar las llaves al río Sena, como símbolo de su amor eterno.
No se sabe a ciencia cierta cuándo comenzó la tradición. Algunos dicen que es muy antigua y otros la vinculan a la novela Tengo ganas de ti, del italiano Federico Moccia, cuyos personajes colocan un cerrojo en el puente Milvio, de Roma.
La costumbre, extendida por varios países tanto de Europa como de otros continentes, comienza a generar polémica por el daño provocado a los monumentos nacionales.
A raíz del incidente en el Puente de las Artes, el encargado de asuntos culturales de la capital, Bruno Juillard, declaró que lo ocurrido confirma la necesidad real de hallar una alternativa al problema provocado por el peso de toneladas de metal sobre la estructura.
En ese mismo sentido se pronunció la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, quien llamó a un debate abierto sobre el fenómeno de los candados.
No es una decisión fácil eliminar esta tradición en una urbe conocida internacionalmente como la ciudad del amor.