*Ruedan las Pelotas
*Viajes “Mediáticos”
*Autogolpe del Fisco
Todo se vuelve fútbol. Los niños, en la calle, olvidan hasta los exámenes finales con tal de estar pendientes de ls televisores. Las envidias crecen entre los vecindarios respecto a quien tenga el aparato receptor más grande y con mayor definición. (En lo particular, enfrente del edificio en donde vivo un sujeto adquirió un aparato más grande que su sala y abre las cortinas, de par en par, para presumir lo suyo ante la indignación de quienes no podemos pagar más de doscientos mil pesos por el lujo… ni diez veces menos). Las cábalas están a todo lo que dan y las apuestas igualmente: todavía hay mexicanos crédulos que van por el “tri” asegurando que se producirá la “chica” aunque no jueguen sus partidos eliminatorios y ganen por ausencia de adversarios.
Desde luego, podemos esperanzarnos de que el equipo “verde-amarela” no llegue al estadio acaso por los retenes populares de protesta. Apenas hace una semana, la huelga de los trabajadores del Metro en Sao Paulo anunció que las protestas sociales estarán presentes, durante todo el campeonato mundial de balompié, explicándose por la miseria de millones de brasileños quienes consideran inadmisible el gasto excesivo en la puesta en forma de sus estadios, como el célebre Maracaná, en donde, de pie, entraban doscientos mil fanáticos y ahora sólo albergará, sentaditos, a 78 mil, un signo de los tiempos modernos: menos asientos, pero más circulante para ahondar las diferencias de clase.
Esto es: las taquillas recibirán un capital mayor, gracias al conjuro de los elitistas con enorme capacidad económica, dejando al populacho escoger entre ver la “tele” en algún bar o en la casa de un amigo con la pantalla más grande del barrio. Los ricos, dentro; los pobres, fuera. Y eso que, como se sabe, el gobierno brasileño es de extracción socialista y, supuestamente, exalta los valores de la igualdad y su preocupación por superar los hacinamientos en las famosas favelas, repudiadas por Juan Pablo II pero poco atendidas desde entonces pese a los esfuerzos de Lula da Silva. También la demagogia es el factor central de la clase política en el sur del continente como demostración de que la antítesis de la democracia va ganando la partida y por partida múltiple.
Ya hemos mencionado los paralelismos, en cuanto a las manifestaciones públicas exaltadas, entre las vísperas de los Juegos Olímpicos de 1968 en México y el presente Mundial de Brasil. En sendas ocasiones fueron incuestionables los motivos generales para salir a las calles aun en contra de las ilusiones despertadas por las candilejas puestas sobre los países sedes. Resulta que los hechos mismos –la desigualdad, la injusticia e incluso el genocidio de Tlatelolco-, superan las inclinaciones por el divertimiento sano del deporte… porque se considera prioritario, y lo es, el bienestar general que nunca será aliviado por la vieja norma romana: “al pueblo, pan y circo”; sólo que en los casos descritos falta lo primero y es excesivo lo segundo. Quizá en ello radican las severas diferencias. ¿Cómo explicará la presidenta, Dilma Roussef, su marcha a contracorriente de los impulsos generales con tal de esperar derramas económicas inmensas –que luego se diluyen-, por efecto de la propaganda universal? Desde su concepción política no tiene ni tendrá salidas.
Insisten los cronistas deportivos, para seguir la línea de los grandes patrocinadores, en la posibilidad de que el “tri” –de fútbol y no la banda de cancioneros-, si pasa a la segunda ronda, pueda jugarse la subsistencia en el torneo con España, nada menos la actual campeona del mundo aun cuando las crisis internas suelen reflejarse en el rendimiento de los deportistas. En el caso actual, los mexicanos debiéramos esperar que se produzca en los vestidores hispanos una riña intensa entre republicanos y monárquicos, en plena transición de la jefatura del Estado y con su país partido a la mitad. Por ello, claro, se eludió cualquier posibilidad de referéndum sobre el futuro institucional de la nación lo que, sin duda, arrastrará el heredero, listo a colocarse la corona sobre su testa, durante largo tiempo si consideramos que la única legitimidad válida es la que deviene del pueblo.
Sólo así llegarían nuestros seleccionados, dando sus propios tumbos, al ansiado “quinto partido”… con las casas de apuestas muy a contrapelo de las esperanzas mexicanas. Esto es… si seguimos los impulsos de la política por encima de los análisis deportivos. El enfrentamiento contra Camerún, en este sentido, sería trámite ante la ausencia de libertades en esta región de África en donde sólo algunos de sus hijos ganan muy bien: el conocido Etoó, orgullo de sus conciudadanos, como el primero de los “cuerpos celestiales” de los futbolistas con el carisma que les brinda, claro, la publicidad. De ello ya saben mucho nuestra clase política encabezada por enrique peña nieto.
No podemos soslayar, por cierto, un hecho muy significativo que pinta de cuerpo entero la torpe operatividad de los asesores de primera línea. Mientras jugaban un “amistoso” los equipos de México y Portugal, el presidente peña terminaba su gira de dos días por Portugal a donde, desde hace trece años, no se había asomado un mandatario mexicano acaso por la predilección por España de los herederos de los antiguos encomenderos, como los fox y calderón. ¿Cómo pudieron hacer coincidir tales eventos los sabios de la logística presidencial? Realmente, era más difícil lograrla que esperar a cualquiera otra fecha –le quedan cuatro años y medio a la actual administración- para evitar que se elevaran las creencias sobre la intromisión directa de los gobernantes en las fechas y resultados futboleros. Yo no lo creo, qué va, ¿y ustedes?
Pese a ello, existe el convencimiento general de que el superior gobierno aprovechará estos días –a partir de mañana cuando los verdes jueguen su primer encuentro mundialista acaso vestidos de rojo, siguiendo la doctrina calderonista para colocar al revés los colores patrios como en la banda presidencial, una suerte de daltonismo demagógico, inútil y con elevado costo-, para dejar hacer y dejar pasar, como marcan las reglas del liberalismo, las leyes secundarias de las controvertidas reformas constitucionales. Y ello no es sólo producto de los malquerientes del mandatario en funciones porque hay precedentes muy cercanos a la memoria: por ejemplo, el desmantelamiento de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro mientras el “tri” jugaba su eliminatoria hace poco más de cuatro años.
En fin, comienza el lapso muerto en donde el país anfitrión cede su soberanía a la FIFA, que debió tragarse los “imponderables” respecto a los retrasos de las obras ordenadas porque ya no tuvo tiempo para modificar la sede –por cierto, varios estadios no podrán brindar sus acabados al cien por ciento y en algunos de ellos incluso las molestias para el público, sobre todo en los accesos, serán evidentes. Así y todo, los participantes se pelean por la notoriedad y ya luego comenzarán las cascadas de protestas según se ubiquen en la tabla de posiciones. Como siempre sólo que de color verde-amarillo.
Dicen que la selección mexicana no tiene mucho que perder y todo por ganar. Un eufemismo para preparar al colectivo de cara a la fatalidad que se prevé inevitable. Lo cierto es que, a través de mi vida, recuerdo cuánto se ha gastado en estos torneos y cuán poco han sido redituables en éxitos. Peor: las esperanzas, y en no pocas ocasiones el ánimo productivo, suele estancarse por la tremenda frustración de sentirnos menos que otros capaces de colocar estrellas triunfantes en sus camisetas nacionales. Y nosotros no, pese a las derramas financieras de promotores, patrocinadores y empresas televisivas, también del gobierno buscador –alega- de la “excelencia” sin cosechas, que pesan como cien mil lápidas rebosantes de muertos sobre nuestros hombros. ¿Hasta cuándo podrá haber un equilibrio entre costos y calidades en un país devastado por la constante de la violencia y del saqueo financiero?
Por este punto debieran comenzar quienes ejercen el poder en nuestro país y en cada una de las naciones que lograron su clasificación –nosotros de auténtico “panzaso”-, para un evento multimillonario que convierte a la FIFA en una de las organizaciones amafiadas más exitosas del mundo y la única, además, con tintes legales aunque sean evidentes las derramas desproporcionadas y los afanes desmedidos de lucro.
¡Ay, México futbolero… no te dejes!
Debate
No pocos creyeron que de finiquitarse a la derecha en el poder –es decir al PAN y sus mandatarios enclenques-, por razón de garantías políticas y sociales, el nuevo régimen accedería a resolver las conflictivas sociales más sentidas, sin alargues posibles y con la convicción de mejorar las interrelaciones entre el gobierno ya la llamada “soberanía popular”, un término que parece caduco aun cuando está asentado en primera línea en el texto fundamental de la República.
Pero no. Mientras el jefe del Ejecutivo retorna de uno de sus viajes mediáticos –más fotos que resultados aprovechando las luces del Papa, de los reyes saliente y entrante de España, y de un Portugal al que no nos habíamos acercado como opción de entrada a la Unión Europea-, seguimos con severos cargos de conciencia que debieran, cuando menos, preocupar a los detentadores del poder. Por ejemplo, los problemas de la disidencia magisterial no cesan aun cuando el gobernador de Oaxaca, el demagogo Gabino Cué Monteagudo, les sirve como vasallo; tampoco hay salidas viables para los electricistas cesados, a mansalva, por la administración de calderón; ni, mucho menos, respecto a los trabajadores de la quebrada Mexicana de Aviación que fue motivo de una severa especulación cuando la familia del ex mandatario felipe la ambicionó hasta rebasar todos los límites imaginables.
Los problemas están en la calle aunque pretendan algunos minimizarlos como la lejana influencia del retirado “Marcos” –dicen que ahora es Galeano-, cuyo verdadero perfil sigue siendo motivo de discusión aunque este columnista tenga pruebas fehacientes de que se trata, claro, de Rafael Sebastián Guillén Vicente, entre ellos el testimonio directo de su hermana “Paloma”, Mercedes del Carmen, ahora subsecretaria de Gobernación para asuntos religiosos y de migración. Los mitos sólo perviven gracias a la ignorancia. Pronto hablaremos de las conexiones evidentes entre el EZLN y el maquiavélico carlos salinas.
Por desgracia, la sociedad mexicana sigue en estado de indefensión muy a pesar de la madurez alcanzada en cuanto a las exigencias públicas y los señalamientos de corrupción. Por el momento, todavía aramos en el mar… sin posibilidades de cosecha. La demagogia está por encima.
La Anécdota
De risa loca. Mientras se persigue con ferocidad a los causantes cautivos –sobre todo a las personas físicas y no a las morales gigantes-, para tratar de aumentar la liquidez de un gobierno ineficaz, el déficit fiscal ha sido, en los primeros meses del año, el peor en veintidós años, esto es desde 1992… cuando gobernaba salinas y festejaba, además, el superávit público gracias a la venta de las paraestatales, como Telmex, con altos rendimientos. Las complicidades, claro, siempre confrontan a los intereses colectivos.
Pues bien, 49 mil 400 millones de pesos dejaron de captarse; pero existe una razón evidente para ello: la imposibilidad de cobrar los ingresos y pagar los tributos por la vía de las facturaciones electrónicas que han desquiciado al sistema y puesto en jaque a millones de mexicanos que NO pueden acceder a las páginas WEB de la Secretaría de Hacienda ni les es posible lograr una cita oportuna y pronta en las instalaciones del fisco.
¿Quiénes, entonces, son culpables? Por cada mexicano señalado como evasor debiera juzgarse, cuando menos, a un funcionario inepto. Sólo así estaríamos a mano.