Pinar del Río, Cuba (PL) En una suerte de carrera contra el tiempo, investigadores cubanos develan enigmáticos trazos entre grutas y otros escenarios, signos atribuidos principalmente a las comunidades aborígenes que poblaron la zona varios milenios atrás.
Recientes exploraciones permitieron hallar tres estaciones de arte rupestre en parajes serranos de la occidental provincia de Pinar del Río, asociadas hasta el momento a grupos nativos.
Entre los descubrimientos destacan dos pictografías en forma de círculos concéntricos, encontradas en la solapa de Jagüey, dentro del
mogote Pan de Azúcar, explicó a Prensa Latina el presidente del Comité Espeleológico Provincial, Hilario Carmenate.
El explorador, reconocido también por sus conocimientos sobre arqueología, comentó que ambos dibujos fueron localizados en un espacio
considerado sitio funerario y de habitación indígena, donde aparecieron restos de osamentas humanas.
En décadas anteriores grupos de especialistas realizaron excavaciones en el lugar en busca de evidencias sobre esas agrupaciones, pero las pinturas no fueron detectadas hasta ahora, tal vez porque no
fuimos con esa intención, agregó.
Al referirse a otro de los nuevos reportes mencionó un mural pictográfico ubicado en la Solapa de Fito, perteneciente a la sierra
Galera, en Viñales.
Se trata de un conjunto con escasa definición y predominio del color rojo, que será sometido a estudios para intentar visualizar con mayor claridad su contenido, añadió Carmenate.
Según el conocedor, en el suelo perduran aún vestigios vinculados a las primitivas sociedades pre-agroalfareras, que dependían de la pesca, la caza y la recolección para subsistir.
En el transcurso de las expediciones por la zona resultó identificada además otra estación de arte rupestre en la cueva la Costanera, de la sierra San Vicente, uno de los macizos de Viñales.
En la región conocida como Vueltabajo, que abarca a la provincia de Pinar del Río y áreas de la vecina Artemisa, fueron descubiertos hasta la fecha 48 puntos donde perviven aún esas antiguas expresiones artísticas.
En algunos casos -aseveró- las pictografías o petroglifos asoman en lugares donde ya estuvimos siguiendo otras pistas, «ellas estaban allí sólo que no las vimos porque simplemente no las estábamos buscando».
Fundador de los grupos de arqueología y espeleología en Pinar del Río -140 kilómetros al oeste de La Habana-, Carmenate rastrea ahora el arte rupestre para dejar constancia gráfica de su existencia.
Además de los dibujos a mano alzada y calcos, nos apoyamos en la fotografía digital para perpetuar el legado de quienes nos antecedieron e intentar descifrar motivaciones y significados, precisó.
«Esos tesoros patrimoniales están amenazados por los efectos del cambio climático y la acción del hombre, en algunos parajes apenas
quedan manchas pictográficas, por lo que cada hallazgo resulta alentador y muy gratificante».
Luego de escrutar las cavernas de Pinar del Río y Artemisa durante más de dos décadas, Carmenate confiesa que lo que falta por develar es mucho más de lo reportado hasta la fecha.
Si hurgamos en los espacios vinculados a los aborígenes probablemente encontremos otras estaciones, antes nos concentrábamos en
el suelo, en excavaciones principalmente y no siempre examinábamos a fondo las paredes de las cuevas, solapas y otros lugares usados como
refugio o para otros propósitos, dijo.
Entre las obras relevantes existentes en el territorio pinareño mencionó a la Sopala de los pintores, en el municipio Minas de Matahambre.
Con la convicción de que cada minuto cuenta, el espeleólogo anda a la caza de los vetustos mensajes, muchos de ellos sin descifrar todavía.
Particularmente interesante son las cavernas de Viñales, localidad bautizada como la capital del carso insular.
En Santo Tomás, entre los mayores sistemas cavernarios de Latinoamérica, sobreviven aún muestras de esas manifestaciones, al igual
que en la península de Guanahacabibes, otrora refugio de aborígenes cubanos.
Con abundantes farallones y oquedades es uno de los escenarios mejor conservados del país, reconocido igualmente como prominente corredor de aves migratorias.
En ese paraje, actual Reserva de la Biosfera, existen decenas de sitios arqueológicos vinculados a las primitivas sociedades.
Encontrar sus dibujos devino desvelo de espeleólogos y otros especialistas. Con certeza lo que falta por descubrir es mucho más de lo
que hemos visto.
Nuevos hallazgos de pinturas rupestres en Cuba
Por Adalys Pilar Mireles