Escándalo Bygmalion sacude a la derecha francesa

Por Carmen Esquivel Sarría

París, 20 jun (PL) Con el destape del escándalo de fraude financiero bautizado como Bygmalion, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Francia, enfrenta hoy una nueva crisis que la mantiene al borde de la implosión.
Los problemas comenzaron en mayo último cuando fueron reveladas numerosas irregularidades cometidas durante la campaña por la reelección en 2012 del candidato de la UMP y entonces presidente galo, Nicolás Sarkozy.
La firma Bygmalion, encargada de organizar los actos proselitistas, emitió facturas por más de 10 millones de euros imputadas a las convenciones de la UMP, sin embargo, en realidad el dinero había sido empleado para mítines de Sarkozy.
La manipulación estaba dirigida a encubrir la violación del límite legal de gastos en esa contienda, donde a la postre el entonces mandatario fue derrotado por François Hollande.
El monto autorizado por la legislación era de 22,5 millones, pero según diversas fuentes la cifra real osciló entre 33 y 39 millones.
De acuerdo con el sitio de internet Mediapart, la Oficina Central de Lucha contra la Corrupción tiene en sus manos una memoria USB donde en un archivo se guardaban los costos oficiales declarados a la comisión de cuentas y en otro se apuntaba la contabilidad secreta.
A menudo los precios reales de cada mitin eran tres, cuatro y hasta siete veces superiores a lo reportado, asegura la fuente.
El escándalo provocó la renuncia del presidente en funciones de la UMP, Jean-François Copé, responsabilizado de haber beneficiado a dos amigos suyos dueños de la firma con los contratos millonarios, sin pasar por el proceso normal de licitación.
Ello obligó al partido a nombrar una presidencia colectiva integrada por los ex primeros ministros Jean-Pierre Raffarin, Alain Juppe y François Fillon, y a designar como secretario general al ex titular de Educación Luc Chatel.
Fillon admitió que este caso provocó una crisis dentro de la agrupación y consideró necesario recuperar la confianza de los afiliados y de la población.
La primera medida acordada, dijo, es realizar una minuciosa auditoría interna «para conocer en dónde estamos, cómo puede reactivarse el partido y si se trata de una situación financiera rescatable».
A partir de allí, el objetivo será organizar el congreso previsto para el próximo mes de octubre, que elegirá al futuro presidente de la UMP, precisó el ex jefe de gobierno.
El fraude financiero también es investigado por la justicia y esta semana la policía interrogó al antiguo director adjunto de la campaña de Sarkozy, Jerome Lavrilleux.
Antes de fin de mes será nombrado un juez de instrucción para el caso de presunto financiamiento ilegal de la campaña electoral de 2012.
No es el primer problema que enfrenta el partido de derecha desde que su candidato al Palacio del Elíseo fuera vencido en las urnas en mayo de 2012 y en junio de ese mismo año perdiera la mayoría en el Parlamento.
La doble derrota fue el preámbulo de una crisis que estuvo a punto de provocar su ruptura pocos meses después, cuando la agrupación decidió celebrar por primera vez comicios internos para elegir a un nuevo presidente en sustitución de Sarkozy.
Esa contienda se efectuó en noviembre de 2012 y los dos candidatos al cargo, Jean-François Copé y François Fillon, reivindicaron el triunfo y se acusaron mutuamente de irregularidades y fraude.
Tras siete meses de polémica, los miembros de la UMP aprobaron que Copé se mantuviera al frente de la organización hasta 2015, cargo al que tuvo que renunciar ahora por el caso Bygmalion.
Las divisiones internas provocaron también su debacle en las elecciones del Parlamento Europeo, donde perdió un tercio de sus eurodiputados y pasó al segundo lugar, por detrás del ultraderechista Frente Nacional.
A medida en que se acercan las elecciones de 2017, las pugnas se incrementarán por las ambiciones de varios dirigentes del partido de ser candidatos a la presidencia y las veladas intenciones de Sarkozy de volver al Palacio del Elíseo.

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