Washington, 3 jul (PL) El masivo éxodo de niños indocumentados que llegan solos a la frontera sur de Estados Unidos suscita hoy opiniones encontradas entre demócratas y republicanos, que siguen sin conciliar una demandada reforma de las leyes migratorias.
Este jueves, el gobernador del estado de Texas, el republicano Rick Perry, consideró que los miles de infantes que han arribado al país constituyen una amenaza para la seguridad nacional, mientras pidió su rápida expulsión.
Durante una audiencia sobre migración en el Congreso estadual, Perry reclamó además el despliegue de mayor cantidad de agentes fronterizos y el reforzamiento con tecnologías para la vigilancia y seguimiento, incluidos aviones teledirigidos (drones), precisó la televisora ABC News.
Sin embargo, la representante Sheila Jackson Lee, demócrata por Houston, advirtió que las deportaciones rápidas de los niños hacia naciones donde proliferan los carteles de la droga y pandillas no serían humanas.
La víspera, la Casa Blanca informó que el presidente Barack Obama prevé visitar la semana próxima las ciudades texanas de Autin y Dallas, si bien no tiene intenciones de recorrer la frontera.
El gobernador del meridional territorio pidió al gobernante que visite la zona del valle de Río Grande, por donde cruzan la mayoría de los miles de niños indocumentados que están llegando solos al país.
Si (Obama) no viene a la frontera, creo que será un reflejo real de su falta de preocupación por lo que realmente está ocurriendo allí, sostuvo Perry el miércoles en una entrevista con la cadena televisiva Fox News.
No obstante, el vocero de la mansión ejecutiva Josh Earnest salió al paso de tales declaraciones al insistir en que «quienes estén preocupados por la situación humanitaria en la frontera, les diríamos que lo más importante que pueden hacer no es extender invitaciones públicas, sino mostrar su apoyo a la reforma migratoria».
En Estados Unidos, donde viven cerca de 11,5 millones de personas carentes de la ciudadanía, persiste un encendido debate migratorio debido a la negativa de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes a avalar una reforma integral de las leyes de inmigración.
Tal situación se ha visto agudizada luego que informes oficiales confirmaron que desde octubre pasado más de 52 mil menores indocumentados fueron capturados al tratar de cruzar solos la frontera meridional estadounidense.
Pero antes de finalizar el año fiscal, en septiembre próximo, sumarán cerca de 90 mil los infantes envueltos en la peligrosa acción, estiman funcionarios gubernamentales.
La administración Obama destaca por romper el récord de deportaciones, con más de dos millones durante los cinco años de gestión.
Respuestas encontradas ante éxodo de niños indocumentados en EE.UU.
