Persiste en EE.UU. debate sobre control de armas y violencia

Washington, 8 jul (PL) El tema del control de armas en Estados Unidos cambió en el último año de los pasillos del Congreso al de las tiendas y restaurantes, mientras prosigue hoy un debate sobre limitar los derechos al respecto consagrados en la Constitución.
La semana pasada, la cadena de tiendas Target se convirtió en la más reciente empresa que solicita a quienes portan armas, dejarlas fuera antes de entrar a sus establecimientos.
El gigante minorista se unió a otras compañías como Starbucks, Chipotle, Wendy y Jack in the Box que han adoptado similar postura con el fin de evitar que sus clientes circulen por los negocios cargando armas, aunque esto sea legal en 44 de los 50 estados del país, destacó el sitio digital US News and World Report.
Esto ocurre en tiempos en que crece la preocupación de la ciudadanía norteamericana sobre el libre porte de armas, un derecho constitucional que se considera responsable de buena parte de los mortíferos tiroteos de los que suelen ser víctimas los estadounidenses.
Cuando las leyes locales y estatales no protegen adecuadamente a los clientes, las empresas tienen que hacerlo, defendió Shannon Watts, fundadora de Moms Demand Action for Gun Sense in America, una entidad que aboga por poner coto a la tenencia de armamento.
Tras la masacre ocurrida en diciembre de 2012 en una escuela de Newtown, estado de Connecticut, donde perecieron 20 niños y seis adultos, se agudizó el debate sobre la Segunda Enmienda de la Constitución y el derecho a portar armas.
El presidente Barack Obama inició una ofensiva el año pasado para regular la venta y uso de armamentos por parte de los estadounidenses, pero enfrenta una férrea oposición de sectores ultraderechistas y grupos como la Asociación Nacional del Rifle, que cabildean a favor de los productores de esos artefactos.
Durante una reciente entrevista, el gobernante manifestó su frustración como presidente porque en Washington no estaban dispuestos a tomar algunas medidas básicas para mantener esos artefactos fuera de las manos de personas.
Obama reconoció que la violencia armada en las escuelas y otros espacios públicos se estaba convirtiendo en la norma y en una historia de cada día.
El Congreso se negó a hacer lo correcto, pero no es así que desaparecerá este flagelo. Vamos a tirar de las diferentes palancas para hacer la diferencia, señaló Watts.
En Estados Unidos más de 300 millones de armas, incluidos fusiles de asalto, se encuentran en poder de la población.

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