Washington, 9 jul (PL) El presidente estadounidense, Barack Obama, planea visitar hoy las localidades de Dallas y Austin, en el estado de Texas, aunque sin intenciones de recorrer la frontera pese a la crisis migratoria que padece la nación.
El mandatario proyecta asistir a varios actos de recaudación de fondos para campañas electorales de los demócratas, de cara a las elecciones legislativas de noviembre, mientras prevé dejar para el jueves un discurso con tintes económicos, en medio de anuncios sobre un discreto repunte del mercado laboral.
La Casa Blanca reiteró la víspera que el líder del Ejecutivo no tiene planes de visitar la frontera meridional, por donde entran cantidades masivas de niños indocumentados centroamericanos.
No obstante, una de las actividades del mandatario en suelo tejano será analizar la crisis migratoria con dirigentes religiosos y autoridades locales, entre ellos el gobernador republicano Rick Perry.
Perry ha aprovechado la crisis migratoria con los menores que llegan sin compañía para criticar al presidente y la semana pasada, pidió al gobernante visitar la zona del valle de Río Grande, por donde cruzan la mayoría de los miles de niños indocumentados que están llegando solos al país.
Si (Obama) no viene a la frontera, creo que será un reflejo real de su falta de preocupación por lo que realmente está ocurriendo allí, sostuvo Perry en una entrevista con la cadena televisiva Fox News.
El portavoz de la mansión ejecutiva, Josh Earnest, dijo ayer martes que no descarta una reunión privada entre Perry y Obama, además de encuentros con funcionarios locales en Dallas.
Con anterioridad, el gobierno de Obama solicitó al Congreso unos tres mil 700 millones de dólares para ayudar a resolver la avalancha de menores no acompañados que están arribando al país.
En las últimas semanas el debate migratorio se agudizó luego que cifras oficiales confirmaron que desde octubre pasado más de 52 mil menores indocumentados fueron capturados al tratar de ingresar a esta nación norteña.
Desde junio de 2013, permanece estancado en la Cámara de Representantes un proyecto de ley bipartidista aprobado por el Senado, el cual contempla una vía para otorgar, bajo condiciones estrictas y durante un período de por lo menos 13 años, la nacionalidad a inmigrantes ilegales y sin antecedentes penales, en su gran mayoría de origen latino.
Obama de gira por Texas en medio de crisis de niños migrantes
