Washington, 10 jul (PL) El presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, el republicano John Boehner, rechazó hoy el pedido de tres mil 700 millones de dólares del preside Barack Obama para atender la crisis de los niños indocumentados que arriban solos al país.
Este es un problema que el propio presidente ha generado. Lleva cinco años y medio siendo presidente. ¿Cuándo va a asumir responsabilidad por algo?, manifestó con enfado Boehner durante su conferencia de prensa semanal.
El también legislador por Ohio recalcó que «no vamos a darle al presidente un cheque en blanco. Más allá de eso, estamos esperando más conversaciones con los miembros (del partido republicano) antes de tomar alguna decisión».
El martes, la Casa Blanca solicitó al Capitolio una partida adicional para ayudar a resolver la avalancha de menores no acompañados que cruzan la frontera meridional estadounidense, en su mayoría provenientes de Centroamérica.
En Washington, la oposición republicana reiteró su negativa a acompañar la agenda del mandatario, con fuertes críticas al plan presidencial por parte del líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, así como de los senadores John Cornyn, Ted Cruz y John McCain.
En las últimas semanas el debate migratorio se agudizó luego que cifras oficiales confirmaron que desde octubre pasado más de 57 mil menores sin papeles fueron capturados al tratar de ingresar a esta nación norteña.
La situación de violencia y afloramiento de pandillas y carteles de la droga en la región centroamericana podrían hacer que el número de infantes emigrantes sobrepase los 90 mil al término del actual año fiscal, en septiembre.
Desde junio de 2013, persiste estancada en la Cámara de Representantes un proyecto de ley bipartidista aprobado por el Senado, el cual contempla una vía para otorgar, bajo condiciones estrictas y durante un período de por lo menos 13 años, la nacionalidad a inmigrantes ilegales y sin antecedentes penales, en su gran mayoría de origen latino.
Este miércoles, durante una alocución en Austin, Texas, el gobernante reclamó al Congreso acabar con la parálisis y adoptar la demandada reforma migratoria integral, con el fin de sacar de la clandestinidad a más de 11 millones de personas que aquí residen de manera ilegal.
Obama prometió recientemente que comenzará a dictar acciones ejecutivas para actualizar en lo posible el sistema migratorio estadounidense, ante la negativa republicana en el Congreso para avanzar en el tema.
Una amplia coalición de miembros de los sectores empresarial, religioso, sindical y otros a nivel nacional, muestran un frente común a favor de modificar las leyes migratorias.
Boehner justifica la inacción en el Capitolio esgrimiendo que la desconfianza en Obama para hacer cumplir las leyes del país hace inviable la aprobación de la referida iniciativa.