Naypaidó, 11 jul (PL) Cerca de 300 personas permanecen hasta hoy arrestadas por violar el toque de queda en la provincia Mandalay en Myanmar, escenario de una nueva oleada de violencia entre miembros de las comunidades budista y musulmana.
Siete localidades de ese territorio se encuentran bajo la excepcional medida a raíz de incidentes ocurridos en los tres primeros días de este mes en los que al menos murieron dos participantes, uno por cada parte.
Al disponer el toque de queda, el presidente del país, Thein Sein prometió procesar a quienes estén implicado en choques mortales.
La policía informó a la publicación Myanmar Eleven que las cortes de justicia sentenciaron a 118 violadores a prisiones de siete a 15 días, y a otros 30 a períodos más largos.
El mandatario exhortó a los ciudadanos a cooperar con el gobierno, exponiendo a los agitadores de los disturbios, así como aprender las lecciones de como evitar estos casos e insistió en respetar el derecho de los grupos minoritarios.
En Patheingyi, la séptima localidad incluida en la disposición ejecutiva, budistas que participaron en los funerales de un miembro de la comunidad abatido causaron después un incendio en un cementerio musulmán.