Brasil completa el ridículo, Holanda se consuela con el bronce

Brasilia, 12 jul (PL) Era la crónica de una muerte anunciada pero muchos se negaban a aceptarla, la selección de Brasil naufragó definitivamente en la Copa Mundial de fútbol al caer hoy 0-3 contra Holanda en el partido por el tercer lugar.
Los más de 68 mil hinchas presentes en el estadio Mané Garrincha vieron in situ a un Brasil frágil, extremadamente desordenado, carente de ideas, nervioso en defensa, con limitado poder de reacción y otros vicios que lastraron su presentación.
Luego de caer estrepitosamente 1-7 frente Alemania en semifinales, algunos fieles todavía esperaban por una victoria brasileña sobre Holanda para, de alguna manera, salvar los muebles con una opaca medalla de bronce. Pero ni eso logró el Scratch.
Ya después de consumarse hoy el nuevo ridículo todos están convencidos que la Seleçao necesita una renovación a fondo, sobre todo tras confirmarse que permitió 14 goles en siete partidos en la Copa, la mayor cantidad que admitió una escuadra brasileña desde 1938.
El cuarto lugar, sin embargo, sirve de aliciente para el entrenador de la canarinha Luiz Felipe Scolari, quien declaró en conferencia de prensa que «es un gran paso de cara al próximo Mundial en 2018, todo no es malo».
Scolari aceptó la responsabilidad de la debacle aunque volvió a recalcar que «la vida sigue».
El clamor popular exige la renuncia inmediata del técnico tras el fiasco mundialista, el cual, para colmo de males, ocurrió en suelo brasileño y dejó al Maracanazo de 1950 como un mal menor.
Holanda, entretanto, registró un Mundial formidable pero debió conformarse con el tercer lugar luego de su caída en semifinales contra la escuadra de Argentina (en los penales).
Hoy, los tulipanes resolvieron inmediatamente el duelo con dos goles en los primeros 20 minutos, además de sentenciarlo con otro en las postrimerías.
Apenas en el minuto dos, el brasileño capitán Thiago Silva, como último hombre, cometió falta sobre Arjen Robben, aunque claramente fuera del área, pero el árbitro argelino Djamel Haimoudi consideró que fue dentro y decretó el penal, convertido en gol por Robin Van Persie.
El juez cometió dos errores de libro en esa jugada porque, primero, el penal era inexistente (la falta fue fuera del área grande), y luego debió expulsar con roja directa a Silva, quien cometió una vulgar infracción como último hombre de la defensa.
Solo un rato después, en el 17, Holanda volvió a contraatacar y Daley Blind puso el 2-0 en la pizarra, al aprovechar un error en el despeje de David Luiz.
En ese momento se palpaba la frustración en el Mané Garricha, algunos torcedores brasileños guardaban silencio sepulcral, otros ofendían a los jugadores de las manera más inimaginables, amén que todos veían venir otra supergoleada, como la sufrida días atrás contra Alemania.
Pero las aguas se calmaron, Holanda se dedicó a defenderse y a devorar minutos, y Brasil, errático y decepcionante, apenas chocaba una y otra vez contra el muro rival, sin hacer daño alguno.
Cuando faltaban pocos minutos para el final, el zaguero Georginio Wijnaldum marcó la tercera diana para los europeos, nuevamente tras finiquitar en gol un contragolpe guiado por Robben, de lejos el mejor jugador del partido, y uno de los tres mejores del Mundial.
Brasil se retiró por la puerta de atrás en su Copa, con 14 goles permitidos. Desde 1986, cuando Bélgica soportó 15, ningún equipo aceptaba tantos goles en contra.
Holanda, hoy sin su brújula Wesley Sneijder, se retiró invicta del torneo (quedó eliminada en penales), amén de haber establecido una nueva marca de imbatibilidad para ese país, fijada ahora en 372 minutos.
Este partido sirvió de antesala para la final de la Copa del Mundo, pactada para mañana entre Argentina y Alemania en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro.

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