Alemania, el que más propuso, el de mejor fútbol

Por Michel Dalí

Río de Janeiro, 14 jul (PL) Pudo ser de otra forma pero al final Alemania se llevó por cuarta ocasión la Copa Mundial de Fútbol, honor para el equipo que más propuso en el torneo y el premio a una esmerada labor en su infraestructura.
El resultado 1-0 en tiempo extra contra Argentina, es lo que cuenta, pero el contrincante hizo méritos y regaló un buen espectáculo. Lo que ocurre siempre en el deporte apunta a la delgada línea de separación entre el oro y la plata.
Los campeones hacen lo que sea necesario. Nosotros trabajamos muy duro y si hay un equipo que lo merece, es este, declaró categórico el entrenador de la selección alemana, Joachim Low.
Desde hace días los expertos no han pasado por alto el detalle del trabajo de los teutones desde hace 10 años, en las categorías infantiles y juveniles para incentivar la práctica de un balompié de nuevo tipo.
La debacle de Brasil precisamente frente a la Mannschaft disparó las alarmas por el aparente espíritu de improvisación que predomina en el gigante sudamericano y, al mismo tiempo, depositó las miradas más atentas hacia el fenómeno teutón.
Antes eran solamente los «pánzer», una maquinaria de tanques gran fortaleza física y buena estatura que iba desbrozando caminos con pases largos o cobros a balón parado. Y la fórmula, en todo caso, dio resultados: tres títulos universales.
Sin embargo, la hora del cambio se hacía cada vez más perentoria y el pretexto fue acoger en casa la Copa FIFA de 2006 y el ascenso de Jurgen Klinsmann (otrora coloso ofensivo) a entrenador, con Low de segundo al mando.
Fueron terceros como anfitriones y luego el mismo puesto en Sudáfrica 2010, ya con Low en calidad de director técnico. Y los frutos de otro tipo de fútbol causaban admiración, aunque no títulos. La maldición se extendía hasta la Eurocopa 2012, igualmente terceros.
«Muéstrale al mundo que eres mejor que Messi y que puedes decidir este partido. Tenía un buen sentimiento con él, es capaz de todo», declaraba eufórico Löw al hablar con Mario Goetze antes de anotar su gol mágico a los 113 minutos.
El ejemplo de Goetze (22 años) habla por sí solo de que está hecho el plantel germano. Veloz, hábil, con toque y gambeta, tanto como para asemejarse a un sudamericano. Lo llaman en el país centroeuropeo Goetzinho.
«Somos el primer equipo europeo que gana un título en Latinoamérica. En Río, en Brasil, en el país del fútbol por excelencia. Esto nos enorgullece mucho», resaltó Low, a quien por primera vez se le vio sonriente.
Cuarto galón mundial para Alemania (1954, 1974, 1990 y 2014), logra su hazaña con una generación de jugadores jóvenes que seguramente repetirán en Rusia 2018, como el propio Goetze, Thomas Muller, Mesut Ozil, Toni Kroos y André Schurrle.
También, con buenas edades Mats Hummels, Jeróme Boateng, Benedikt Howedes, Sami Khedira, Manuel Neuer y el ausente por lesión Marco Reus, entre otros.
En resumen, la Mannschaft tiene razones para embriagarse con su supremacía en el fútbol y puede soñar con los pies sobre la tierra con un futuro promisorio.

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