Defender el petróleo y la soberanía nacional es el mejor homenaje que se le puede rendir a Miguel Hidalgo y Costilla y otros héroes nacionales que lucharon contra la desigualdad e injusticia en el país, así lo expresó el Jefe Delegacional en Azcapotzalco, Sergio Palacios Trejo durante la ceremonia del 203 Aniversario Luctuoso de uno de los líderes iniciadores de la lucha por la Independencia nacional.
“El mejor homenaje que podemos rendirte es en la batalla que está por venir. Hidalgo, Morelos, Zapata, Villa, entregaron sus vidas para que nosotros podamos gozar una patria libre y justa, a nosotros se nos requiere un sacrificio mucho menor, los invito a participar de manera activa en la defensa de nuestro petróleo, pero sobre todo de nuestra soberanía. Cumplamos nuestro modesto papel en la historia de México”, señaló Palacios Trejo.
A la ceremonia conmemorativa que se realizó en el Jardín Hidalgo, nombrado así en honor al cura guanajuatense acudieron, Nora Patricia Acoltzi Castillo, representante del Honorable Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal; Francisco Gallegos García, Fiscal de Azcapotzalco, representante de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal; José Ángel Uribe, Contralor Interno; Ramón Lepes Vela de la Secretaría de Cultura Capitalina y miembros del gabinete delegacional.
El Jefe Delegacional recordó al Cura Hidalgo como un hombre de inteligencia singular, empeñado en trabajar por la educación y justicia del pueblo. Narró también el camino que Miguel Hidalgo tuvo como maestro y estudioso hasta que lo eligieron como líder del movimiento de independencia, batalla que lo llevó a su ejecución el 30 de julio de 1811.
Relató cómo Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor, nombre completo del Cura, rechazó el indulto pues lo consideraba para desleales. “El indulto es para los traidores, no para los defensores de la patria”, en palabras de Hidalgo.
Su detención se produjo después de la Batalla de Calderón y fue enviado a Chihuahua para recibir dos juicios, el eclesiástico y el militar, para posteriormente ser condenado a muerte por alta traición y herejía. “La mañana de hace 203 años fue conducido al patio de fusilamiento del Antiguo Colegio de los Jesuitas en Chihuahua, pidió que no se le vendaran los ojos ni se le disparara por la espalda porque él no era ningún traidor y así terminar con la vida del Padre que nos dio esperanza y libertad”, contó el delegado de Azcapotzalco.
En la emotiva ceremonia, se realizaron honores a la bandera a cargo de la Banda de Guerra de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, se interpretó el “Himno a Hidalgo” por el Coro de la Ciudad de México y “El Canto de los Esclavos” por la Banda Sinfónica de la Delegación Azcapotzalco.
Para terminar el acto, Sergio Palacios y los demás miembros del presídium colocaron una ofrenda floral y realizaron una guardia de honor en la estatua de este héroe nacional al sonido del “Toque de Silencio” y el Himno Nacional Mexicano.