Sacerdote mexicano critica decisión contra viajes en La Bestia

México, 1 ago (PL) El sacerdote mexicano Alejandro Solalinde consideró que la decisión impulsada hoy por el gobierno federal de impedir viajes de migrantes en el tren conocido como La Bestia causará mayores riesgos para los centroamericanos.
El diario La Jornada reporta este viernes que en los recientes recorridos del medio de transporte parece disminuir el flujo de indocumentados, ante las amenazas del secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio de no permitir que esas personas se monten en el ferrocarril.
A decir de Solalinde, reconocido activista a favor de los derechos de los migrantes, esa postura provocará más peligros para quienes atraviesan la geografía mexicana en su camino hacia Estados Unidos, porque ahora han comenzado a buscar nuevas rutas para alcanzar su destino.
El grupo Beta del Instituto Nacional de Migración dio a conocer que en las dos corridas más recientes de La Bestia sólo viajaron 400 y 200 centroamericanos, respectivamente, cuando antes llegaban a ir más de mil.
Pero, según el religioso, el movimiento continúa y continuará, pese al operativo realizado el pasado martes en Huixtla, Chiapas, durante el cual se detuvo a cientos de viajeros para impedirles subir al tren que se dirigía a Ixtepec, Oaxaca.
Por su parte, Alberto Donis Rodríguez, responsable del albergue Hermanos en el Camino, ubicado en Ixtepec, señaló que se mantiene el número de personas que el refugio recibe, pues quienes dejaron de viajar sobre La Bestia ahora lo hacen por carretera.
Las personas buscan otras alternativas ante los operativos y las detenciones, además de que el viaje por tren se ha vuelto peligroso, hay muchos asaltos y afluencia de bandas delictivas, seguirán viajando porque es su modo de vida, ellos quieren llegar a Estados Unidos para mejorar su situación, expresó.
A su vez, el director del albergue Casa del Migrante Hogar de la Misericordia, Carlos Bartolo, afirmó que, según testimonios de centroamericanos, hombres armados, vestidos de civil y con el rostro cubierto, presuntamente policías federales, viajan en el tren para perseguir y detener a los indocumentados.

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