Dinorah García no conocía el barro, tampoco su importancia entre las culturas prehispánicas que lo utilizaban cotidianamente para elaborar objetos y utensilios, pero asistir al Curso de Verano HistoriArte, que se imparte en la Escuela de Cronistas Carlos Monsiváis, le enseñó este material y cómo trabajar con él.
El recinto ubicado en el pueblo San Miguel Amantla recibe de lunes a viernes, de 9 a 14 horas, a 30 infantes entre 8 y 12 años que reciben instrucción de maestros especializados en “Juguete tradicional mexicano”, “Terracota”, “Arte contemporáneo” y “Creación de cuentos”.
“La Escuela de Cronistas tiene como objetivo preservar y difundir la cultura entre la población de Azcapotzalco, y estos cursos de verano son innovadores por sus contenidos y dinámicas, que además de atractivas para los niños, resultan formadores”, dijo el Jefe Delegacional, Sergio Palacios Trejo.
El moldeado en barro estuvo a cargo de los artistas María Sosa y Noé Sánchez, quienes han montado piezas y exposiciones en la Casa del Lago entre otros recintos culturales y museos de la ciudad, y durante una semana enseñaron a los asistentes la importancia de utilizar varias texturas para elaborar vasijas, objetos y figuras.
Uno de los talleres más atractivos es el de creación de juguetes tradicionales, que imparten Emanuel Bonilla y Erika Acosta, artistas originarios de Santiago Ahuizotla y fundadores de Maniobrije, colectivo artístico encargado de preservar y difundir las costumbres mexicanas, con quienes los niños construyeron un alebrije armable de madera, y un trepador con cartón e hilos.
“Buscamos que los niños conozcan la importancia de nuestro pasado y lo importante que son las tradiciones mexicanas; que sepan que tan sólo hace 50 años los niños de nuestro país se divertían de una manera diferente, con juguetes que hoy pueden construir con nosotros”, comentó la profesora Erika Acosta.
En HistoriArte también tomará parte Oscar Mondragón, colaborador del Museo Jumex, quien impartirá un taller de libro infantil para enseñarles a elaborar su primer cuento, con las ilustraciones y temática que elijan.
Al finalizar el curso se presentará una pequeña exposición con las obras y objetos construidos por los asistentes, para que los visitantes del lugar conozcan lo que se hace en estos singulares cursos. “Son profesores y maestros de calidad probada, con el que buscamos dar un contexto histórico a lo que hacen los niños, para que además de desarrollar su cualidades artísticas, aprendan algo más”, dijo el historiador.