LAS REFORMAS APROBADAS NO BENEFICIARÁN AL GRUESO DE LA POBLACIÓN: ELOÍ VÁZQUEZ LÓPEZ.

Hay un triunfalismo exacerbado por parte del Gobierno Federal, derivado del uso de una mayoría mecánica que utilizó para aprobar sus reformas al gusto de los poderes fácticos y la minoría neoliberal afirmó, Eloí Vázquez López, comisionado político nacional del PRD. Luego de las denuncias hechas por diputados de la izquierda sobre los bonos «de actuación» distribuidos a los legisladores, queda claro que como es costumbre para el PRI, la compra de votos abarcó las conciencias de las bancadas de la derecha.
Cabe recordar que esto de presentar las reformas neoliberales, como la solución para las dificultades económicas no es nueva, ya en el periodo presidencial de Miguel de la Madrid (1982-1988), y hasta la actualidad, los grandes grupos de poder económico y la tecnocracia política han trabajado en favor de la imposición de reformas como las privatizaciones del sector paraestatal y su apertura al mercado de capitales, el adelgazamiento del Estado, el desmantelamiento de los instrumentos y las instituciones de seguridad social y el fin de los subsidios a la economía popular, la privatización de los bienes públicos –como la que se pretende hacer avanzar en Petróleos Mexicanos, con la reforma energética referida–, la transferencia de los fondos de jubilación de los trabajadores a entidades financieras privadas, la contención salarial, la liquidación de conquistas sindicales y la aplicación de criterios fiscales que equivalen a regímenes de excepción en el pago de impuestos para los grandes empresarios. Mismas cuyo diseño, en el fondo, no ha sido para el beneficio común, su objetivo es favorecer a determinados intereses cupulares con los que han entablado compromisos a nivel nacional e internacional.
En este contexto, una vez más, evadiendo el debate y a espaldas de la Nación, los operadores de las recientes reformas, tuvieron la desfachatez de manifestar ante medios de comunicación que habían presentado las mejores propuestas y que el nuevo andamiaje legal e institucional beneficiará a los mexicanos. Sin embargo, en el transcurso del proceso legislativo en donde el debate a pesar de haber sido contundente y a favor de los legisladores representantes de la izquierda, sus impulsores y defensores lo hicieron ver como un mero trámite legislativo, debido a que la mayor parte del tiempo los dos partidos mayoritarios del Congreso de la Unión: el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) y sus satélites, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido Nueva Alianza (Panal), sin análisis de por medio, rechazaron las más de tres mil 500 reservas que presentó la oposición para mejorar los dictámenes, pero curiosamente, los partidos mayoritarios sí realizaron más de 250 modificaciones al texto original enviado por Peña Nieto, en su mayoría claro está, adiciones planteadas por el PAN y algunas del PRI.
En el transcurso de las discusiones de las leyes energéticas de Petróleos Mexicanos y de la Comisión Federal de Electricidad, por ejemplo, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), dio a conocer lo que sus impulsores ocultaron al pueblo de México: Favoritismo a negocios de particulares afines o familiares, la utilización de la fracturación hidráulica (fracking), que dejará inútil al campo mexicano e impactará negativamente el entorno ecológico de varias regiones, y por último, la joya de la corona priísta, la absorción como deuda pública de parte de los pasivos laborales de Pemex. El PRD en todo momento propuso medidas y expuso riesgos ante lo insensible de los planteamientos presentados por los representantes de la derecha. En síntesis, reiteró, el PRD ganó el debate aunque se haya impuesto una mayoría mecánica operada por la derecha.
Además, el PRD argumentó reiteradamente en tribuna, los previsibles escenarios de las actuales reformas propuestas y los resultados de las reformas anteriores que han impulsado, sintetizándolas como catastróficas en lo económico, lo social y lo político, y ejemplificó las consecuencias que internamente hemos padecido, entre otras, con la informalidad de la economía, que ha crecido junto con el desempleo, la pobreza y la desigualdad social; el debilitamiento de nuestra soberanía nacional; la porción minoritaria del campo que ha sido restructurada en grandes industrias orientadas primordialmente a la exportación, mientras que el resto ha sido arrasado; consecuentemente se ha multiplicado la desintegración del tejido social y familiar, y también se ha consolidado una descomposición institucional de gran calado que se expresa con la pérdida de control del Estado en buena parte del territorio.
El proyecto “reformador” en el que sustenta Enrique Peña Nieto su gobierno y que supuestamente acabaría con la parálisis y la violencia que caracterizó a los dos periodos panistas, no se ha visto hasta el momento materializado, porque a casi dos años hemos constatado el regreso de las viejas prácticas antidemocráticas y represoras con que se mantuvo el Partido Revolucionario Institucional por más de 70 años en el poder, y ante los cuestionamientos de la sociedad ante su modelo, continúa distrayendo y evadiendo para no generar un consenso incluyente a todos los sectores de la sociedad.
Todo esto, lo resume en gran medida la reciente portada de la especializada revista Forbes, que afirma que Enrique Peña Nieto está perdiendo sus mejores años para detonar el crecimiento económico de México, que la tasa prometida se ve lejana y que una burbuja financiera podría acabar con las expectativas que Los Pinos generó en el país y en el extranjero.
El dato duro se presentó en su primer año de gobierno, en el 2013, México cayó en un bache del cual no ha logrado salir. Pasó de crecer 3.9% en 2012, a sólo 1.1%. en el 2013, y en lo que va del año las cifras no son positivas ante la incertidumbre que han provocado con su medida reformadora. Lo más reciente fue la difusión de las cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), sobre una desaceleración económica que se ha prolongado por 11 meses en el país.
En este contexto, reiteró el Comisionado Político del PRD, la izquierda no está dispuesta a avalar el nuevo atraco disfrazado que sufrirá el pueblo de México como casualmente sucede en cada sexenio priísta. Hemos sido consecuentes y propositivos como oposición responsable, nuestras propuestas en cada reforma planteada se dieron a conocer pero no les resultaron viables a los intereses particulares de los redactores, presumiblemente, no legisladores, sino un grupo de cabildeo de los poderes facticos.
Por lo que estamos seguros, concluyó, Eloí Vázquez, la ciudadanía se manifestará a través de mecanismos democráticos e incluyentes como la Consulta Popular, para defender a nuestro petróleo e impedir que pase a manos extranjeras, y en las urnas en el año 2015, para revocar con la fuerza popular la imposición del neoliberalismo recargado.

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