Bagdad, 12 ago (PL) Aviones militares estadounidenses bombardearon hoy posiciones del Estado Islámico (EI) en la norteña Mosul, en medio de un clima político tenso en Iraq por la actitud desafiante de Nouri Al-Maliki, aún renuente a abandonar el Gobierno.
Reportes del Ejército iraquí confirmaron que cazas norteamericanos lanzaron un ataque intensivo que provocó la muerte de más de 15 extremistas sunnitas del DAESH, nombre en árabe del EI, en la capital de la provincia de Nínive y segunda ciudad del país, en poder de los insurgentes desde junio.
El portavoz militar Qassem Atta informó que un helicóptero usado para distribuir ayuda humanitaria a más de 30 mil desplazados en la montaña de Sinjar, en el norte de Mosul, se estrelló este martes por aparentes fallas técnicas causando la muerte del piloto y heridas a 21 pasajeros.
Según la versión oficial, el aparato cayó a tierra mientras transportaba al diputado Fian Dakheel, miembro de la minoría étnico-religiosa Yazidi, y a otras 20 personas de esa comunidad obligada a abandonar Sinjar tras la ocupación por «takfiristas» (terroristas islámicos sunnitas) del EI.
La referida localidad cayó en manos de los insurgentes sunnitas la semana pasada después de la retirada de las fuerzas militares kurdas Peshmerga.
Por otro lado, el ministerio iraquí de Defensa anunció hoy la muerte de decenas de extremistas, incluido Ahmed Al-Warshan, autodenominado «wali» del DAESH en Sinjar, a causa del bombardeo de la aviación nacional a una antigua sede del Partido Democrático del Kurdistán.
El canal semioficial Al-Iraqiya TV indicó que aviones iraquíes en coordinación con la inteligencia militar atacaron los alrededores de la aldea Amerli en el distrito de Tuz Khurmato de la provincia de Salaheddin, acción en la que fueron abatidos numerosos irregulares.
Entretanto, Al-Maliki mantuvo su pulso con el nuevo presidente Fouad Masum al desconocer la designación de Haidar Al-Abbadi como su sucesor en el cargo de primer ministro cuando complete la formación del nuevo gabinete.
Al-Maliki, quien ayer anunció que demandaría ante la Corte Suprema a Masum por alegada violación de la Constitución, llamó hoy a las fuerzas de seguridad y al Ejército a abstenerse de interferir en la actual crisis política y limitarse a su misión de defender y proteger a Iraq.
En franco indicativo de que presionará para gobernar por un tercer período consecutivo, el jefe de gobierno saliente instó a las instituciones armadas a «dejar el tema (de la designación del primer ministro) al pueblo, los políticos y el Poder Judicial.
El bloque de la Unión de Fuerzas Nacionales, de mayoría sunnita, advirtió que rechazaba un gobierno incompleto, en alusión a situaciones previas en que se forma el Ejecutivo sin todos los ministerios, mientras el canciller Hoshyar Zebari advirtió de posibles acciones violentas de Al-Maliki.
Zebari, cuya participación en el gobierno está suspendida junto a la de otros ministros kurdos, vaticinó un desastre nacional si el Al-Maliki recurre a las fuerzas policiales y militares para aferrarse a lo que considera su derecho por liderar el partido con más escaños parlamentarios.