Washington, 13 ago (PL) Las ventas de armas de fuego reportan hoy un aumento cuatro veces más en el estado norteamericano de Missouri, conmocionado por el asesinato a tiros de un joven negro a manos de la policía el pasado sábado.
Según reportes de medios digitales, el expendio de estos artefactos siguieron a la ola de protestas y disturbios que se han registrado en la localidad de Ferguson, donde fue ultimado Michael Brown, de 18 años, mientras caminaba desarmado por una calle.
«La gente teme lo que está pasando y viene a comprar armas», dijo a la cadena CBS Steven King, propietario de la tienda Metro Shooting, de Bridgeton.
Las noches de enfrentamientos compiten con llamamientos a la calma en ese suburbio de Saint Louis, donde la comunidad sigue presionando en busca de respuestas que puedan esclarecer la muerte de Brown.
Durante la noche del martes continuaron las manifestaciones en Ferguson y la policía volvió a lanzar gases lacrimógenos contra la multitud, publicó el diario St. Louis Post-Dispatch.
Una persona resultó herida en un tiroteo, aunque no estaba claro si el hecho estaba relacionado con las protestas, añadió el rotativo.
El homicidio de Brown ha expuesto profundas fallas raciales y económicas en la comunidad.
Durante una reunión de la iglesia con líderes religiosos y funcionarios locales, Jay Nixon, gobernador de Missouri instó a la calma «frente a la crisis».
De otro lado, durante una conferencia de prensa junto a los padres de Brown, el activista por los derechos civiles Al Sharpton también pidió calma, pero exigió que no se oculten los nombres de los responsables del trágico suceso y que se haga una investigación objetiva.
El presidente Barack Obama finalmente se pronunció la víspera sobre esta nuevo caso que involucra a afroamericanos y la policía, y al igual reclamó serenidad.
Obama calificó el fallecimiento de Brown como un hecho desgarrador. «Recuerden a este joven a través de la reflexión y la comprensión», subrayó el mandatario.
Según la versión preliminar, el muchacho recibió varios tiros tras forcejear con un oficial de la policía.
Sin embargo, testigos presenciales aseguran que Brown iba desarmado y que se encontraba con los brazos arriba cuando le dispararon.
Este caso recuerda la animosidad racial que rodeó el asesinato de un balazo del también joven afroamericano Trayvon Martin, de 17 años, en el sureño estado de Florida en 2012.
El homicida de Martin, George Zimerman, un exvigilante voluntario, fue absuelto de culpas en julio de 2013. Martin como Brown, iba desarmado.