LA DOBLE MORAL HUNDE AL PAN: ELOÍ VÁZQUEZ LÓPEZ

Hace mucho tiempo quedaron atrás los principios y la visión de país que enarboló Manuel Gómez Morín, quien motivado por los acontecimientos nacionales de la década de los años treinta escribió una serie de ensayos, en uno de ellos, hizo la siguiente reflexión: “Una pesada tolvanera de apetitos desencadenados, de propaganda siniestra, de ideologías contradictorias, de mentiras sistemáticas, impide la visión limpia de la vida nacional”. Hoy en día, esa reflexión de su fundador, define muy bien las condiciones en que se encuentra el Partido Acción Nacional (PAN), consideró, Eloí Vázquez.
Desde su fundación, el PAN, se jactaba de ser el Partido de la oposición política en México, así como el portador de la moral tradicionalista.
El 2 de julio de 1989, 50 años después de su fundación conquistó el PAN por primera vez una gubernatura, la de Baja California. A partir de allí, con su progresivo arribo al poder, su imagen de derecha demócrata y austera se deformó, dando paso al neopanismo, que lo condujo a respaldar el régimen salinista en un acto de pragmatismo político que derivó en la ruptura del Foro Doctrinario y Democrático, cuyos principales exponentes: Bernardo Bátiz y Jesús González Schmall, terminaron siendo fuertes activistas de la izquierda, mientras fueron exhibidas la Punta Diamante de Fernández de Ceballos, y la osamenta de la finca “El Encanto” de Lozano Gracia, aunque también en justicia hay que decir que, en el ánimo de los electores, los llevó a rebasar a la izquierda como alternativa en la presidencia de la República.
Prácticamente con la conquista de su primera gubernatura comenzó el maridaje con el PRI en la repartición de espacios y negociaciones para rotarse espacios de poder y ejecutar leyes impopulares, contra las que combatió y sigue combatiendo la izquierda mexicana. En la década de los 90’s, la mancuerna PRI-PAN fue el causante de varios momentos que muchos mexicanos quisiéramos olvidar, el más doloroso, porque nos sigue costando decenas de miles de millones anuales es: El FOBAPROA.
En el uso de los cargos y recursos públicos los neopanistas aprendieron rápidamente lo que criticaron por tanto tiempo: soberbia y excesos del uso del poder y de los recursos públicos al imponerse sueldos exuberantes, ¡ah, y a cobrar el diezmo! Exclamó el Comisionado Político Nacional del PRD.
A dos décadas y media de aquella elección histórica, somos testigos de cómo el principal exponente de la derecha es un partido que se debate en la indefinición y la incongruencia, pues mientras pregona contra la corrupción, expone las visibles rivalidades en su interior, basadas en los intereses personales y de grupo por conquistar cargos públicos, controlar periodos sucesorios para mantener a sus camarillas en el poder e iniciar negocios a su amparo, mientras verbalmente defienden,- casi con lágrimas en los ojos-, su doctrina moralista tradicional y de buenas costumbres, contra los impulsos de una sociedad que reclama mayores derechos individuales lanzándose permanentemente contra las iniciativas de la izquierda a decidir sobre el propio cuerpo y sobre con quien y como vivir, sus legisladores y dirigentes exhiben una ruptura con ella, dando rienda suelta a lo que un buen panista señalaría con dedo flamígero como “libertinaje”.
Como lo pudimos constatar en su más reciente exposición pública, la práctica de sus legisladores ha demostrado el doble discurso del panismo. “Los diputados Villarreal y Villalobos tienen derecho a divertirse y debemos respetar su vida privada”, nos dicen algunos “periodistas independientes e imparciales”. Pero allí es donde está la incongruencia. Si te la pasas siempre viendo “la paja en el ojo ajeno, justo es que te desnuque la viga propia”. Son los panistas los que se oponen en los ayuntamientos a que exista un ejercicio regulado y con servicios de salud profesional del sexo servicio; pero en la primera oportunidad, sus dirigentes en el marco de una fiesta privada contratan personal femenino para realizar prácticas que la moral que tanto predican, reprueba. Y estos últimos, algunos de los cuales desde sus posiciones impulsan que a través de leyes restrictivas la iglesia y el Estado se meta en la cama de los ciudadanos para limitar sus derechos sexuales y reproductivos, oponiéndose al concepto de vida privada, ahora recurren a este mismo precepto para eludir la crítica que amerita su incongruencia. Por ello, los panistas demócratas, con quienes tenemos coincidencias y las seguiremos teniendo, debieran reflexionar y cobrar la experiencia del grotesco incidente. Es mejor vivir en un clima de libertades y derechos ciudadanos individuales, que hacer gala de hipocresía y simular una moral que en la “vida privada” no se va a aplicar. Para evitar que alguien pueda ser acusado de libertino debe haber leyes libertarias, no camisas de fuerza y cinturones de castidad.
Las pruebas documentales del gasto erogado en esa “reunión plenaria” de Puerto Vallarta, de seguro no dirán que, el escandalizado exceso protagonizado por prominentes panistas, se pagó con recursos de los mexicanos, pero la investigación por parte de la Auditoría Superior de la Federación es obligada, porque nada de lo que hagan los legisladores teniendo como marco actividades oficiales de sus grupos parlamentarios debe suceder sin rendir cuentas a nadie.
No hay gastos privados de un servidor público cuando asiste a un evento público, en una sede distante más de cincuenta kilómetros de su domicilio y los gastos de estancia, hospedaje y alimentación, presuntamente se cubren con dinero público, salvo que se demuestre lo contrario, finalizó, Eloí Vázquez.

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