El talento, imaginación y creatividad de 265 pequeños artistas que participaron en los cursos de verano culturales que impartió la Delegación Azcapotzalco desde el 21 de julio, puede ser apreciados en la exposición de arte instalada en la Casa de Cultura que muestra los trabajos de estos menores y que estará disponible durante una semana.
La presentación de estas piezas se realizó como actividad de clausura de los cursos de verano que realizaron la Casa de Cultura, el Centro de Cultura Ambiental “Hormiguita”, la Videoteca Manuel Álvarez Bravo y la Sala de Arte Fernando Montes de Oca.
“Es importante que fomentemos la cultura entre los menores y el desarrollo de aptitudes artísticas pues es posible que entre estos pequeños haya grandes artistas con mucho potencial”, reconoció el Jefe Delegacional en Azcapotzalco, Sergio Palacios Trejo, tras recorrer la exposición.
Cartonería, taller de artes plásticas, música, jazz, títeres, autoretrato, plastilina, arte objeto, arte con reciclaje, historia del arte y la dinámica “Pensemos y Actuemos», en la que con ayuda de un psicólogo, los menores expresaron lo que les gustaría cambiar en la sociedad, son algunas de las actividades que se llevaron a cabo en estos espacios culturales.
La exposición que muestra coloridos cuadros, llamativas esculturas de animales y personajes, así como figuras prehispánicas, se mantendrá durante una semana en las instalaciones de la Casa de Cultura delegacional, que se ubica en avenida Azcapotzalco 605, colonia Azcapotzalco Centro, frente al Jardín Hidalgo.
El pequeño Sebastián Rojas de 11 años, mencionó que la actividad que más disfrutó fue pintura. “Me gusta mucho dibujar y colorear, entonces ahora aprendí a hacerlo con pinturas, fue muy divertido”.
En la Escuela de Cronistas Carlos Monsiváis también concluyeron actividades unos 20 menores en el curso de verano HistoriArte, donde se impartieron los talleres de terracota, juguete tradicional, creación literaria y arte contemporáneo, en los que además se buscó rescatar la historia de los pueblos y barrios de Azcapotzalco, con relatos e historias.
Rompecabezas tridimensionales, alebrijes hechos con material reciclado, utensilios de cocina con barro y un libro en infantil en el que, además de dibujar la historia, también cocieron y encuadernaron el documento fueron parte de los trabajos que presentaron los menores durante la clausura.