La Habana, 8 sep (PL) Acompañados por vecinos, niños y periodistas, los nietos del escritor estadounidense Ernest Hemingway, Patrick y John, recorrieron hoy el poblado ultramarino habanero de Cojímar, donde su abuelo hiciera los mejores amigos de este país.
Los familiares del novelista visitan este archipiélago del 7 al 13 de septiembre acompañados por el Comodoro del Club Náutico Internacional Hemingway de Cuba, José Miguel Díaz Escrich, constante animador de la náutica recreativa insular y quien fundó esa institución.
Precisamente, los nietos, en compañía de otros coterráneos navegaron esta mañana desde la Marina Hemingway hasta Cojimar y allí desembarcaron para depositar una ofrenda floral en un interesante busto del abuelo, que mira al mar.
John declaró a la prensa su deseo de que tanto cubanos como estadounidenses tengan las mejores relaciones, su aspiración de ser escritor, y pescar en aguas de esta nación, que de manera inmejorable Hemingway conociera, en más de 20 años de estancia y hasta escribiera certeras notas de la captura de la aguja.
El busto fue construido en 1962, alentado por el periodista y escritor cubano Fernando G. Campoamor (fallecido), quien fuera muy cercano del escritor. Tal iniciativa propicio que los pescadores de Cojimar recolectaran piezas de bronce como paletas y anclas para forjar la escultura.
Los nietos departieron amigablemente con un mar de personas, sobre todo muchos niños, y algunos ancianos que conocieron a Hemingway en sus constantes visitas a Cojímar, donde tenía anclado su mítico yate Pilar, y donde también vivió hasta después de los 100 años su patrón español Gregorio Fuentes.
Este grupo de norteamericanos visita a la isla para celebrar los 60 años de la entrega del Premio Nobel de Literatura al abuelo sobre todo a partir del empuje de la novela El viejo y el mar, cuyo escenario fue Cuba y en particular Cojimar, inspirada en personajes del lugar.
También el recorrido recrea el comienzo de los viajes marineros de Hemingway hacia esta isla y los 80 años de la compra por Papa -como le llamaban aquí al escritor- de su yate Pilar.