Pintores cubanos denuncian contaminación de Chevron en Ecuador

uito, 12 sep (PL) La denuncia contra la contaminación provocada por la petrolera estadounidense Chevron en la Amazonía de Ecuador inspiró a dos artistas cubanos a pintar un mural que se exhibe hoy en la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
La gigantesca obra de 30 metros cuadrados es el aporte de los pintores Jesús Mederos y Dairon León a la campaña La Mano Sucia de Chevron, que busca exponer al mundo el enorme daño ambiental que dejó Texaco, filial de la transnacional, en esa zona oriental del país suramericano.
El mural pintado en el corredor del Edificio de los Espejos muestra varias manos entrelazadas sobre otra manchada de petróleo, que penden sobre aguas contaminadas y troncos de árboles devastados, mientras que sobre ese conjunto, renace la vida en forma de un bosque exuberante que evoca la Amazonía en todo su esplendor.
Según explicó Mederos durante la entrega de la obra titulada Colores de mi país, se trata de un regalo que le hace Cuba a Ecuador.
El artista recordó que el presidente cubano, Raúl Castro, y el líder histórico de la Revolución Fidel Castro, siempre están presentes en este tipo de cruzadas, como la emprendida por el gobierno ecuatoriano para denunciar los desmanes de la empresa estadounidense.
Raúl Pazmiño, director de Desarrollo Institucional de la Casa de la Cultura, afirmó, por su parte, que la obra es un testimonio de la hermandad entre los pueblos de Cuba y Ecuador, y de las instituciones culturales de ambos países.
En representación del gobierno de la nación caribeña asistió el embajador Jorge Rodríguez, quien expresó su satisfacción y orgullo porque jóvenes artistas de su país contribuyan con su arte a una causa tan importante del pueblo ecuatoriano.
El abogado Pablo Fajardo, quien representa a los pobladores amazónicos en la demanda legal contra Chevron, también agradeció a los artistas por solidarizarse con su lucha contra la segunda transnacional petrolera más grande de Estados Unidos.
Las autoridades ecuatorianas aseguran que durante los casi 30 que operó en la Amazonía, Texaco derramó 16,8 millones de galones de petróleo en el ecosistema, vertió otros 18,5 mil millones de galones de aguas tóxicas en los suelos y ríos, y quemó al aire 235 mil millones de pies cúbicos de gas.
También se reporta una alta incidencia de cáncer y otras enfermedades entre los pobladores, como resultado de beber el agua contaminada con los residuos de crudo, los cuales todavía afloran en las cerca de mil piscinas sin remediar que dejó la empresa a su salida de Ecuador en 1992.
Chevron se niega, sin embargo, a acatar una sentencia emitida por un tribunal amazónico que la condenó a pagar una indemnización de nueve mil 500 millones de dólares a los damnificados, y ha emprendido una campaña de difamación contra los abogados de los demandantes y el gobierno ecuatoriano.

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