Comienza en Argentina juicio contra médicos de la dictadura

Buenos Aires, 17 sep (PL) Dos médicos y una partera que participaron en partos en una maternidad clandestina a mujeres secuestradas y desaparecidas por la dictadura cívico-militar (1976-1983) comenzaron hoy a ser juzgados aquí por crímenes de lesa humanidad.
El Tribunal Oral Federal No. 6 abrió la primera vista contra el traumatólogo Norberto Bianco, el obstetra Raúl Martín y la partera Yolanda Arroche, acusados de haber asistido en el hospital militar de Campo de Mayo a parturientas, fraguar certificados de nacimiento y entregar los bebés a otras familias.
También están en el banquillo de los acusados los exgenerales Reynaldo Bignone y Santiago Omar Riveros, que fueron comandantes de aquella guarnición.
Esa misma corte, en un fallo trascendente, dictaminó en 2012 que el robo de bebés de mujeres secuestradas fue una práctica sistemática y generalizada del terrorismo de Estado.
Por esos crímenes, los integrantes de la cúpula militar que gobernó al país fue severamente condenada, luego de 10 años de insistencia de la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo.
Dos años después, el mismo tribunal comienza a juzgar a integrantes del personal médico militar vinculados con la apropiación de recién nacidos cuyas responsabilidades no fueron analizadas en aquel mítico juicio.
Los médicos Bianco y Martín, y la obstetra Arroche, más los represores que tuvieron a su cargo la zona, Riveros y Bignone, deberán responder por el robo de nueve bebés, cinco de los cuales lograron recuperar su verdadera identidad.    En el Pabellón de Epidemiología del Hospital Militar de Campo de Mayo existieron, de 1976 a 1978, dos habitaciones especiales con ventanas enrejadas, cerrojos en las puertas y sin luz, por donde pasaron, por lo menos, 17 jóvenes embarazadas, rememoró la pasada semana el diario Página 12.
Hasta allí eran trasladadas, en autos particulares, tabicadas, esposadas, desde diferentes centros clandestinos de detención que funcionaron en la órbita de Campo de Mayo, cuando se acercaba su fecha de parto.
Los alumbramientos sucedían, la mayoría de las veces inducidos y por cesárea, en el quirófano del hospital.
Luego, las mujeres eran despojadas de sus bebés, a los que le perdían el rastro, y su destino siguiente era de nuevo el centro clandestino. Y, desde allí, la desaparición.
Otros ocho casos serán juzgados posteriormente.

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