Muere Heriberto Yépez

La obra de Heriberto Yépez llegó a su fin. Su libro de ensayos El imperio de la memoria, (Almadía, 2007) nos recordará que este escritor existió, porque el 16 de septiembre del año en curso se anunció el cierre de un ciclo.

“Quiero hacer pública una decisión que tomé hace tiempo pero que ahora quiero comunicar a mis tres o cuatro lectores”, escribió el propio Yépez en su blog. Este año, señaló, se cumplen 20 años del inicio de su proyecto de escritura que ha realizado bajo la firma ‘Heriberto Yépez’. En este lapso publicó más de veinte libros “y he escrito algunos más que permanecen inéditos, por una u otra razón”.

El matasellos (Sudamericana, 2004) y A.b.u.r.t.o. (Mondadori, 2005) son dos novelas que dejó para la historia porque “he tomado la decisión de dar cierre a dicho proyecto de escritura. Se puede decir que la obra de Heriberto Yépez ha concluido”, se lee en su blog.

Sin embargo, hizo una aclaración: la firma, provisional y únicamente, seguirá apareciendo en dos sitios: la columna que bajo ese nombre escribe semanalmente para el suplemento cultural Laberinto del periódico Milenio y la co-coordinación de libros de Ulises Carrión, del que es uno de los encargados, pero una vez que esas dos responsabilidades terminen, también la firma se acaba.

Alumno de Horst Matthai, discípulo de Gaos, enfatizó que quiere pasar a otras cosas en su vida y por ello necesita dejar su fase como autor. “He gozado la obra realizada, pero es momento de darle cierre, porque la vida es corta y no quiero invertir tiempo ya en todo eso”.

El proceso de escritura seguirá en pie, porque por razones “profesionales” no puede dejar de producir algunos escritos, tales aparecerán bajo otro nombre y como parte de otra esfera profesional.

“No me queda más que decir que agradezco mucho a todos aquellos que colaboraron en mi obra y carrera, el joven al que ayudaron a cumplir su sueño les agradece mucho su ayuda, siempre estará en deuda con ustedes. Pero ese joven ya se ha ido. Y me toca respetar su partida, no tomando su nombre como si fuera mío y yo, por mi parte, aprovechar para tomar otras avenidas y, sobre todo, reiterar mi agradecimiento y despedida. Grandes abrazos para todos”.

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