La Habana, 25 sep (PL) El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos a Cuba busca rendir por hambre a sus pobladores desde hace más de medio siglo, con el fin de malograr el proyecto social humanista iniciado en 1959 en la isla caribeña.
Los alimentos no deberían emplearse como instrumento de presión política y económica, subraya el informe de la nación antillana denominado «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba».
La política de Estado ejercida por la Casa Blanca viola el derecho a la alimentación del pueblo cubano, pues se propone impedir el acceso regular a los mercados internacionales, incluidos los productores estadounidenses.
Este sector, por su naturaleza, sigue siendo uno de los más sensibles afectados por el bloqueo, recalca el documento. La reubicación de mercados para la importación de los insumos para la industria alimenticia, algunos bastante lejanos, con el consecuente encarecimiento de los costos y gastos adicionales por fletes marítimos, los tipos de cambio onerosos, por la prohibición de utilizar el dólar estadounidense en las transacciones, entre otras, son algunas de las principales afectaciones que sufre el sector.
A la Unión Nacional Avícola -ejemplifica el texto- se le negó el acceso a la tecnología de crianza norteamericana y de otros países que utilicen componentes o patentes estadounidenses.
Similar situación enfrenta el Grupo Empresarial Porcino, con el acceso a tecnologías de punta para la crianza.
Estos factores tecnológicos mencionados inciden en la baja viabilidad, excesos de muertes por enfermedades prevenibles y curables, desechos de animales por enfermedades y crecimiento de animales con trastornos en su desarrollo normal.
Por su parte, la empresa mixta Coracan S.A. ha visto encarecidos los costos y gastos adicionales por fletes marítimos de las materias primas de importación, al no poder ser compradas directamente de mercados cercanos, como el propio norteamericano.
Tal es el caso del Neotame, edulcorante hipocalórico artificial (no nutritivo). La fabricación y comercialización de ese producto está monopolizado por la estadounidense The Nutrasweet Company, con filiales en todo el mundo.
El Grupo Agroindustrial de Granos se ve imposibilitado de actualizar con nuevas tecnologías su industria arrocera, en explotación hace más de 50 años, por su procedencia estadounidense.
Maquinarias, piezas y repuestos deben adquirirse en un mercado al que no tiene acceso la mayor de las Antillas.
Esta limitación afecta entre un seis y ocho por ciento la calidad del arroz producido para el consumo, disminuyendo el rendimiento industrial.
En esas circunstancias se dejan de producir entre tres y cuatro mil toneladas de arroz para el consumo en el año.
En Cuba fue establecido uno de los programas de protección social más integrales del mundo, que ha permitido erradicar el hambre.
La seguridad alimentaria de la población, estrechamente interrelacionada con las dimensiones económica, social y ambiental del desarrollo, es una prioridad estratégica del país.
La voluntad política del gobierno cubano y sus destacados logros en la lucha por erradicar completamente el hambre en el país, fueron premiados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).