Reconocimiento a Peña Nieto, cuestionable, mientras él descuide los desastres: Eloí Vázquez López.

En el Gobierno Federal no han comprendido que los tiempos en que se otorgaban reconocimientos internacionales a modo son insostenibles y anacrónicos, por lo que el intento de contrarrestar la baja popularidad que las encuestas muestran hacia el presidente Peña Nieto no permean positivamente en la mayoría de la poblacion. Regresamos a las prácticas que manejaban sus predecesores gobernantes priístas en muchos aspectos, recordemos por ejemplo, los esfuerzos de Luis Echeverría por ser Secretario General de la ONU, o a López Portillo en un afán similar, para no mencionar a Salinas de Gortari, los hechos a dos años han demostrado que efectivamente involucionamos políticamente, y se prefiere la seguridad de los métodos tradicionales para barnizar la imagen presidencial en lugar de la reconstrucción de los consensos, para dar salidas a los problemas nacionales y así generar una imagen consistente y basada en hechos, aseveró Eloí Vázquez.

Realizar una visita internacional a un Foro, es parte de las funciones de un Jefe de Estado, por lo que, la utilización de recursos públicos para el caso, relativamente se justifica, pero lo paradójico es que con ello se propicie, que al interior del país, frente un grave problema no hubo Estado. En momentos en que existe una emergencia nacional en el estado de Baja California, debido al desastre natural provocado por el huracán Odile. Cuando más necesaria era su presencia y su fuerza, pues quedó comprobado que sólo las únicas dos visitas de Peña Nieto contribuyeron a poner orden; las autoridades municipales reaparecieron y el gobernador retomó sus funciones. Sin embargo, la agenda presidencial no se canceló, como debió haberlo hecho, el viaje a Nueva York para aprovechar el foro y las personalidades de talla mundial que ahí se congregaron, en busca de reflectores para su ego y reconocimiento mediático, tuvieron prioridad. Destaca ineludiblemente la actitud de Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, que en enero de 2013, frente al incendio de una discoteca, dejo una cumbre de jefes de Estado en Brasil y regreso de inmediato a su país para ponerse al frente en la zona de desastre, la derecha y la izquierda en franco contraste.

No es asunto menor que en su ausencia hubieran órdenes y contraórdenes de las diversas instancias, que demostraron falta de consistencia de la reacción oficial ante el huracán Odile. El Estado, así virtualmente descabezado, tardó en reaccionar, pasó tiempo valioso sin que la ayuda llegara; y al Secretario de Gobernación no le hicieron caso. No obstante que el Servicio Meteorológico Nacional detectara oportunamente el temporal y advirtiera que se movía hacia la península, pocos hicieron caso. El 14 de septiembre por la mañana seguían llegando aviones con turistas a Los Cabos. Había 23 mil visitantes cuando el huracán impactó esa noche con categoría 4, vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora y rachas de 220. Las Autoridades federales responsables estaban poco preparadas, la agenda y prioridad gubernamental era otra, a kilómetros de distancia.

No hay excusa. Las autoridades saben perfectamente, o al menos eso se supone, ironizó Vázquez López, que los huracanes no son inusitados en Baja California Sur, y a continuación ejemplificó: “Cada año llegan varios. El “Liza”, categoría 4, dejó más de 600 muertos en La Paz en 1976; “Juliette”, también categoría 4, causó fuertes daños en 2001 y “Norbert”, categoría 3, dejó miles de damnificados en San Carlos, Comondú, apenas a principios de este mes de septiembre”.

Fue tan grave la emergencia que el titular de la Comisión Nacional del Agua, aseguró que el servicio de agua potable en BCS se perdió al 100% por algunas horas tras el paso del huracán. Por su parte, Marcos Covarrubias, gobernador panista, a la serie de señalamientos en su contra, que han ido desde malversación, corrupción, abuso de autoridad y lo que está en boga a últimas fechas, nexos con el narco, con este desastre confirmó el de la ineptitud, sufrida por sus coterráneos.

De acuerdo con la encuestadora Mitosfky, que lo ubicó en el mes de agosto retomando una tendencia negativa, el 47% aprueba a EPN, el 51% lo reprueba, por lo que se demuestra que se encuentra en su nivel más bajo, como encargado de la administración de nuestro país, en Nueva York Enrique Peña Nieto recibió el galardón «Ciudadano Mundial», de parte del Atlantic Council, que este año también distinguió a Shimon Peres y Robert De Niro, entre otros.

Sin embargo, hay algo que obviamente no dicen y que empaña el “importante reconocimiento”, que causa mayores suspicacias y siembra interrogantes, el director de estudios latinoamericanos de ese influyente Centro, Peter Schechter, fue asesor de la campaña presidencial de Peña Nieto.

Schechter es también, socio del prestigiado despacho Chlopak, Leonard, Schechter & Associates, especializado en la creación del branding y posicionamiento corporativo, responsable de haber intentado manejar toda su campaña como la de Obama, estrategia que no tuvo el éxito esperado por la “pequeña” diferencia de que Obama ya tenía una campaña exitosa previa y Peña Nieto no, así que al final se “necesitó” de los “buenos oficios y picardía” de los priístas tradicionales, para que accediera a la Presidencia de la República, no obstante, la entrega del reconocimiento pareciera ser parte de una nueva ofensiva mediática en la que contribuye Schechter, en el intento de levantar la aceptación del Presidente entre la ciudadanía, no vemos que esto pueda prosperar si se descuidan los asuntos de Estado, como el control de daños de los desastres naturales en el país, mientras se acentúa un activismo internacional que no acaba de convencer, porque carece de contenidos tangibles en beneficio de los mexicanos, aunque el Jefe del Ejecutivo reciba reconocimientos con el pretexto que se quiera, concluyó el Comisionado Político Nacional del PRD.

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