El Cairo, 2 oct (PL) Las virtudes éticas del poeta y ensayista del premio Nobel mexicano Octavio Paz fueron el tema central de una conferencia ofrecida hoy por el embajador de ese país en Egipto, Jorge Álvarez.
El diplomático significó que el gesto que marca la conducta de Paz fue su renuncia al cargo como embajador en la India tras la matanza de estudiantes contestatarios por la policía en la céntrica Plaza de las Tres Culturas del Distrito Federal en octubre de 1968, de la que se responsabiliza al ex presidente Gustavo Díaz Ordaz.
La zona ya había sido escenario en 1521 de una masacre de mexicanos por los conquistadores españoles al mando de Hernán Cortés. Lo leemos menos de lo que deberíamos, sentenció el conferenciante ante una heterogénea audiencia de embajadores, especialistas, profesores y estudiantes universitarios reunidos en la sede del Instituto Cervantes, localizada en el distrito capitalino de Dokki.
Asimismo, aludió al destacado papel de Paz en la fundación de publicaciones tales como la revista Proceso y el periódico La Jornada y el influjo de su pensamiento sobre el surgimiento del laicismo que preside la vida política mexicana en la actualidad.
Paz fue un intelectual orgánico de talla universal, subrayó el embajador, quien se refirió a la voracidad cultural del también premio Cervantes, nacido en 1914, testigo y protagonista de hechos destacados de la historia contemporánea de su país.
El mejor homenaje que puede hacérsele a Octavio Paz es acercarse a su escritura, marcada por la integridad, subrayó el jefe de la legación mexicana, quien se confiesa un «incansable buscador de archivos», pasión que lo llevó a Cuba años atrás en el curso de una investigación.
Fue una estancia muy grata durante la cual, cuando terminaba mi labor, me iba al estadio Latinoamericano a ver los juegos de la Liga Nacional de béisbol, confió en breve conversación con Prensa Latina.
Embajador mexicano en Egipto reseña virtudes éticas de Octavio Paz
