Debate general en ONU llama a erradicar pobreza y hambre

Naciones Unidas, 4 oct (PL) El debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU concluyó esta semana con un llamado a priorizar la erradicación de la pobreza y el hambre en la agenda post-2015 para el desarrollo sostenible.
Después de seis jornadas maratónicas, con las intervenciones de más de 130 jefes de Estado o de Gobierno de los cinco continentes, el foro cerró el pasado martes en el renovado salón de la Asamblea, donde países del Sur advirtieron que la humanidad no progresará ni vivirá en paz mientras exista exclusión social.
En ese sentido, los oradores demandaron un impulso al cumplimiento de los objetivos del milenio, cuando restan menos de 460 días para que venza el plazo fijado hace 14 años y entre en vigor la agenda post-2015, con metas que deberán fijarse aquí en los próximos meses.
Un planeta con mil 200 millones de pobres, 840 millones de hambrientos, 770 millones de analfabetos y miles de niños que mueren a diario de enfermedades curables, representa un lamentable escenario, más allá de los avances notables en algunos de los objetivos acordados en la Cumbre del Milenio, celebrada en Nueva York en 2000.
Los discursos mostraron coincidencia en la necesidad de centrar la nueva agenda de desarrollo en el combate a la pobreza y el hambre, señaló en la clausura el presidente de la Asamblea General en su 69 Período de Sesiones, Sam Kutesa, quien también destacó el reclamo de harmonía con la naturaleza.
Presidentes, primeros ministros y cancilleres defendieron una mayor voluntad política de las naciones industrializadas y contaminadoras históricas con la mitigación y adaptación al cambio climático, identificado por mucho como uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo.
Compromisos concretos en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la asistencia con recursos y transferencia de tecnologías a los países pobres y el alcance de un convenio climático ambicioso y vinculante, sobresalieron entre las demandas.
También se alzaron decenas de voces en la plenaria de los 193 estados miembros de la ONU para ratificar la urgencia de reformar la organización, en particular a su Consejo de Seguridad, y al sistema de gobernanza global, para hacerlos más democráticos, inclusivos, transparentes y representativos.
Gobiernos como los de Belarús, Bolivia, Cuba y Venezuela abogaron por un nuevo orden mundial alejado de las guerras, el saqueo de recursos, las sanciones unilaterales y el irrespeto a la soberanía de los pueblos; y apegado al multilateralismo y las soluciones pacíficas a las crisis.
Asimismo, en el debate general abundaron las preocupaciones por el auge del extremismo, -ante el accionar del Estado Islámico, Al Qaeda, Al Shabaab y Boko Haram entre otros grupos armados-, la gravedad de los conflictos en Ucrania, Siria y países africanos, y el brote de ébola causante de tres mil 300 muertos en África occidental.
A partir de tan complejo panorama, se propusieron respuestas globales basadas en un accionar unido y respetuoso del Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas, fundamentalmente con apego a la soberanía de los pueblos y el no uso de la fuerza ni la amenaza del mismo.
El segmento de alto nivel de la Asamblea estuvo marcado además por la realización de la primera Conferencia Mundial de los Pueblos Indígenas, la Cumbre Climática, el evento del Consejo de Seguridad sobre los combatientes extranjeros y la celebración del Día para la Total Eliminación de las Armas Nucleares.

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