Bygmalion, un escándalo en el corazón de la derecha francesa

París, 6 oct (PL) Bautizado como Bygmalion, el escándalo por la emisión de facturas falsas durante la campaña electoral de 2012 está hoy lejos de aplacarse en Francia, donde varias personas, entre ellas políticos de la derecha, son investigadas por este caso.
Los primeros indicios de la corrupción los reveló el semanario Le Point en febrero, cuando aseguró que la sociedad Bygmalion, creada por amigos del entonces secretario general de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), Jean-Francois Copé, recibió contratos millonarios de ese partido, sin pasar por procesos de licitación.
Poco después se conoció que esa firma había emitido facturas por varios millones de euros, imputadas a las convenciones de la conservadora UMP, cuando en realidad el dinero había sido empleado para mítines del presidente Nicolás Sarkozy (2007-2012), en su campaña por la reelección.
La manipulación estaba dirigida a ocultar los verdaderos costos de esa contienda, donde a la postre Sarkozy fue derrotado por el actual mandatario, François Hollande.
Según lo estipulado por la ley en la campaña se podían utilizar 22,5 millones de euros y, de acuerdo con distintas versiones, la UMP erogó entre 10 y 18 millones más.
El escándalo le costó el puesto a Copé y la dirección de la UMP decidió nombrar un triunvirato al frente de la organización hasta la celebración de las elecciones programadas para esta temporada de otoño.
Mientras, la fiscalía abrió una investigación y al menos seis ex directivos de Bygmalion y antiguos responsables de la UMP han sido llevados ante la justicia, bajo la acusación de cometer delitos de falsificación, abuso de confianza e intento de fraude.
Se trata de los cofundadores de la empresa, Guy Alvés y Bastien Millot, y del ex jefe de su filial Event and Cie, Franck Attal.
En la lista también figuran el exdirector general adjunto de la UMP Eric Cesari, cercano a Sarkozy; y los entonces encargados de Asuntos Financieros y Comunicación de ese partido; Fabienne Liadzé y Pierre Chassat, respectivamente.
El caso continúa y uno de los objetivos de los investigadores es conocer hasta qué punto Copé y Sarkozy desconocían el sistema fraudulento.
Este escándalo podría afectar las aspiraciones de Sarkozy, quien a fines de septiembre anunció su retorno a la política, con la mirada puesta en las elecciones para el Palacio del Elíseo de 2017.

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