Washington, 8 oct (PL) Los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos contra objetivos del Estado Islámico (EI) en Iraq muestran pocos resultados, dos meses después de su inicio, señala hoy el diario The Washington Post.
Los bombardeos iniciados contra territorio iraquí el 8 de agosto y en Siria el 23 de septiembre no han alcanzado su objetivo mínimo de detener la expansión de los fuerzas yihadistas y mucho menos la misión de degradarlos y destruirlos, añade el rotativo.
El Post señala como ejemplo reciente que los ataques de ayer contra agrupaciones del EI en los alrededores de la ciudad siria de Kobane, cerca de la frontera con Turquía, llegaron tarde y no resultaron suficientes para rechazar a los fundamentalistas armados con tanques y artillería.
Entre las causas de estas y otras fallas está la negativa del presidente Barack Obama de enviar tropas terrestres y por eso los pilotos de combate estadounidenses no cuentan con el apoyo de Fuerzas Especiales en tierra que identifiquen los blancos a batir además de comprobar los resultados de los bombardeos.
Según expertos militares citados por el Post, estas y otras contradicciones en la campaña contra el EI permiten no solo que este sobreviva, sino también que expanda sus acciones e incluso que preparen ahora un asalto en gran escala contra Bagdad, la capital iraquí.
Para neutralizar una ofensiva de ese tipo, las fuerzas estadounidenses tendrán que incrementar el ritmo de las operaciones y reaccionar más rápidamente a los movimientos de los irregulares en el terreno, lo que será difícil de lograr sin el apoyo de tropas terrestres, indica el artículo.
Según el Pentágono, hasta la fecha, las fuerzas armadas estadounidenses realizaron más de 250 golpes aéreos contra objetivos yihadistas en Iraq, con el apoyo de varios países europeos.
Entretanto, más de un centenar de ataques tuvieron lugar en territorio sirio protagonizados por la aviación militar norteamericana con la cooperación de Jordania, Bahrein, Catar y Emiratos Árabes Unidos.
La mayor parte de los cazas, bombarderos y helicópteros artillados que participan en los bombardeos están ubicados en instalaciones norteamericanas en la región.
Además, las aeronaves teledirigidas (drones) y otros medios actúan desde la base aérea de Incirlik, en Turquía, aliado de Washington en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Otros medios aéreos parten del portaaviones estadounidense USS George H.W. Bush (CVN-77), que desde junio pasado permanece en el Golfo Pérsico y será relevado en los próximos días por su similar, el USS Carl Vinson (CVN-70).
El buque anfibio multipropósito Makin Island también apoya las operaciones en Iraq y Siria en particular con sus aviones de despegue y aterrizaje vertical AV-8B Harrier, además de que tiene a bordo una unidad de operaciones especiales del Cuerpo de Infantería de Marina.
Ataques aéreos EE.UU. contra yihadistas muestran pocos resultados
