Roma, 12 oct (PL) La ciudad de Génova amaneció hoy en caos total debido a las inundaciones provocadas por las torrenciales lluvias de los pasados días, que costó la vida a una persona e innumerables daños materiales.
El alcalde de esa ciudad portuaria del noroeste de Italia, Marco Doria, llegó incluso a sugerir su renuncia al cargo si sirviera para acelerar las obras de reconstrucción y reordenamiento.
Si estuviese seguro que mi renuncia permitiría acelerar las intervenciones de socorro y de ayuda en la región podría pensar en efecto en dimitir, sentenció Doria, en declaraciones a medios locales.
Los comercios y mercados de Génova permanecen cerrados y la ciudad sigue envuelta en el barro, mientras, como diría el cardenal Angelo Bagnasco, la reacción del gobierno puede calificarse de distraída y lenta.
La deficiencia de la maquinaria burocrática, supuestamente encargada de asegurar la legalidad y la transparencia, hace que quien ha perdido todo se hunda en el barro, espetó Bagnasco, presidente de la Comisión episcopal italiana y arzobispo de Génova.
Bagnasco añadió: para Génova estas inundaciones son un via crucis que se repite por cuarta ocasión, la más reciente en el 2011. Esta vez fue incluso peor. La gente volvió a perder todo.
Durante las acciones de recuperación, varios medios locales coincidieron en que la gestión de la crisis realizada por el gobierno es cuestionable, debido a la tardanza en la activación de los dispositivos de ayuda, la falta de previsión, y los limitados recursos destinados a socorrer a la población en medio de tales inundaciones.
Días atrás, un hombre de 55 años perdió la vida en la calle Canevari, presuntamente arrastrado por una corriente causada por las lluvias.