Consejo de Seguridad, Comisiones y Chomsky marcan semana en ONU

Por Waldo Mendiluza

Naciones Unidas, 18 oct (PL) El ingreso de Venezuela, Angola, Malasia, Nueva Zelanda y España al Consejo de Seguridad, el trabajo de comisiones de la Asamblea General y las críticas del académico Noam Chomsky a la política estadounidense marcaron la semana en ONU.
La plenaria de los 193 países integrantes de Naciones Unidas eligió el pasado jueves a cinco nuevos miembros no permanentes para el mandato 2015-2016 en el Consejo de Seguridad, importante órgano que la comunidad internacional llama a democratizar y transparentar.
Venezuela por América Latina y el Caribe, Angola en representación de África, Malasia por Asia-Pacífico y Nueva Zelanda por Europa Occidental y Otros fueron escogidos en primera vuelta, mientras España tuvo que derrotar a Turquía en una segunda ronda de votaciones.
Los tres primeros estados se presentaron como únicos candidatos de sus respectivas regiones al sufragio, en el cual lograron más de 180 de las 193 boletas; con Wellington, Madrid y Ankara disputando los dos escaños por la zona que incluye al occidente europeo y otras partes del planeta.
Al concluir la votación, el canciller venezolano, Rafael Ramírez, calificó de histórico el ingreso de su país al órgano de 15 miembros, un triunfo de Caracas sobre las campañas de descrédito realizadas por la derecha interna y foránea, destacó.
Por su parte, las seis comisiones principales de la Asamblea General de la ONU continuaron en la semana el análisis de temas que preocupan a la humanidad, de cara a perfilar proyectos de resolución dirigidos a enfrentarlos.
El desarme nuclear, la nueva agenda post-2015 de desarrollo sostenible y el combate a la pobreza en su centro, el fin del colonialismo, el análisis del principio de la Jurisdicción Universal, las cuestiones presupuestarias de la organización, los avances de la mujer y los derechos de los niños, sobresalieron en los debates.
Una vez más Naciones Unidas acogió la demanda de la total prohibición y eliminación de los artefactos nucleares, a partir de la amenaza que representa para el planeta la existencia de 17 mil armas de ese tipo, unas cuatro mil de ellas listas para su empleo.
Nuevamente el Sur encabezó el reclamo, con el llamado de diplomáticos latinoamericanos, asiáticos y africanos a un convenio vinculante y a una conferencia mundial que lleven a la especie humana a librarse del peligro.
En materia de descolonización, resaltó la adopción de 11 proyectos de resolución para su examen en la Asamblea, relacionados con la necesidad de poner fin al estatus no autónomo, la dependencia o la ocupación de casi una veintena de territorios por potencias.
La mitad de los borradores salieron de las comisiones sin requerirse el voto de sus integrantes, pero varias iniciativas se aprobaron luego de sufragios, en los cuales Estados Unidos, Israel y Reino Unido quedaron en la mayoría de los casos aislados en sus posturas de rechazo.
También en la semana destacaron las críticas del académico estadounidense Noam Chomsky a Washington por sus obstáculos para impedir que Palestina logre convertirse en un Estado plenamente reconocido por la comunidad internacional.
En una rueda de prensa en la ONU, el profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts consideró posible y viable la propuesta de los dos estados, el palestino y el israelí, con las fronteras anteriores a la ocupación sionista de 1967, sin embargo, «esa solución tendría que contar con la aprobación de Estados Unidos».
Para el también filósofo y activista, la sociedad norteamericana debería presionar al gobierno de Barack Obama para que acepte esa salida, la cual resulta clave para al fin de décadas de conflicto en el Oriente Medio.
Chomsky dialogó aquí con la prensa e intervino en la Asamblea General el martes, invitado por el Comité de la ONU para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino.
Interrogado por periodistas sobre la ofensiva y los crímenes en Iraq y Siria cometidos por los fundamentalistas del Estado Islámico, estimó que su surgimiento es consecuencia de la invasión norteamericana de 2003 a Iraq.
Esa acción creó las condiciones para el auge del extremismo, al separar la sociedad en pedazos, hacerla frágil y llenarla de conflictos sectarios, dijo.

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