Niegan negociaciones del Estado italiano y la Cosa Nostra

Roma, 28 oct (PL) El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, negó hoy conocer acerca de las presuntas negociaciones entre el Estado y la mafia de Sicilia (Cosa Nostra) para detener atentados políticos, en la década de 1990.
De acuerdo con la presidencia de la República, Napolitano respondió a todas las preguntas con «la máxima transparencia y tranquilidad», durante la exposición de su testimonio.
El jefe de Estado, que en aquella época era presidente de la Cámara de los Diputados, abordó, además, el tema de las supuestas amenazas de la mafia siciliana contra su vida.
Napolitano no se sintió mínimamente turbado, era algo que formaba parte de su cargo institucional, añadió Nicoletta Piergentile, abogada defensora de uno de los acusados, el ex ministro de Interior entre 1992 y 1994, Nicola Mancino.
El Presidente fue llamado a declarar como testigo -la petición provino de la Fiscalía- después de salir a la luz pública una conversación sospechosa que sostuvo con Mancino.
Según el diario La Repubblica, los servicios secretos italianos afirman que existió un pacto Estado-mafia, y apuntalan su acusación en un documento fechado el 20 de agosto de 1993, en el cual se menciona el término «trattativa» (negociación).
Sin embargo, Napolitano nunca mencionó la palabra «negociación» en sus declaraciones.
Varias pruebas de este caso fueron destruidas por haberse conseguido de manera ilegal, entre ellas varias conversaciones telefónicas entre Napolitano y Mancino, a quien le pincharon sus teléfonos, una práctica considerada ilícita.
El rotativo Corriere della Sera, entretanto, publica una carta del entonces comandante de los Carabineros Antonio Viesti a la dirección de los servicios secretos, en la cual advertía del serio peligro que corría el juez Paolo Borsellino, quien fue asesinado poco tiempo después.
Viesti señaló en la misiva que la Cosa Nostra creaba «un clima de grave intimidación sobre los políticos italianos para desactivar el compromiso contra la criminalidad».
Este juicio se desarrolla a puerta cerrada en el Palacio del Quirinal, sede de la jefatura del Estado.
Entre los imputados aparece Toto Riina, connotado jefe de la Cosa Nostra, cerebro y ejecutor de múltiples atentados en aquellos años.

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