Ataques aéreos EE.UU contra yihadistas son insuficientes, Pentágono

Washington, 7 nov (PL) A pesar de algunos avances parciales, los resultados de los ataques de la coalición liderada por Estados Unidos contra el Estado Islámico (EI) están hoy por debajo de las expectativas, reconocen altos oficiales del Pentágono.
El jefe del Comando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses, general Lloyd J. Austin, a cargo de las operaciones militares en el Medio Oriente y zonas aledañas, reconoció que «el EI todavía es un enemigo formidable, integrado por combatientes con una alta preparación».
«Es un adversario muy bueno, como jamás hemos visto, la mayoría de ellos están en esta actividad bélica desde mucho antes, aprendieron las experiencias de la guerra en Iraq y en otros lugares y realmente entienden la importancia de dominar los medios de difusión y en eso trabajan de manera diligente», añadió Austin.
El general dijo que no vacilaría en pedir más recursos para derrotar a los yihadistas y señaló la necesidad de una ayuda más sustancial de parte de Turquía.
Sin embargo, aclaró que los logros a largo plazo dependerán «de cuán rápido desarrollemos a las fuerzas iraquíes para que puedan cumplir sus misiones aprovechando los efectos de los bombardeos contra los irregulares».
A pesar de estas insuficiencias de la campaña, Austin calificó de significativo el nivel de degradación de las unidades de los fundamentalistas, tanto en Iraq como en Siria, porque estos se han visto forzados a dejar de viajar en grandes convoys, y sus comunicaciones han sido afectadas.
Por su parte, el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, general Martin Dempsey, admitió que el grupo terrorista «tiene determinado nivel de éxito táctico».
Dempsey, quien es el oficial de más alto rango en las Fuerzas Armadas estadounidenses, pidió «cierta paciencia estratégica» a expertos y congresistas que acusan al presidente Barack Obama y su equipo de seguridad nacional de no hacer lo suficiente para neutralizar y destruir a los fundamentalistas.
Alrededor de mil 600 militares estadounidenses están en Iraq en funciones de seguridad de las instalaciones de su país y de asesoría a las Fuerzas Armadas iraquíes que, según el Pentágono, se esfuerzan por recuperar «un tercio del territorio del país que ha sido ocupado por el EI, incluyendo la segunda ciudad, Mosul».
Las fuerzas norteamericanas y de sus aliados no logran romper el ritmo de ofensiva de los yihadistas, a pesar de que, según informaciones del Departamento de Defensa, les propinan un promedio de entre 10 y 15 ataques diariamente contra sus principales objetivos.
Washington inició el 8 de agosto pasado los golpes contra las agrupaciones de los fundamentalistas en Iraq, mientras en Siria los bombardeos comenzaron el 23 de septiembre sin la anuencia del Gobierno de Damasco.
Aviones de combate de Francia, Reino Unido, Australia, Bélgica y Holanda participan junto a Estados Unidos en los bombardeos en territorio iraquí.
Los ataques contra Siria tienen lugar con la cooperación de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Bahrein.
Según reportes oficiales, la campaña de Washington y sus aliados contra los radicales islámicos tuvo un costo de 580 millones de dólares hasta finales de octubre, y la Casa Blanca pretende pedir al Congreso nuevos fondos para esas operaciones en las próximas semanas, ascendentes a unos tres mil 200 millones de dólares.

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