Cumbre 25 de Asean: otro escalón hacia la proyectada Comunidad

Por Hugo Rius

Hanoi (PL)Para materializar en 2015 su ambicionada comunidad económica la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) se pronunció en la recién celebrada cumbre 25, en Myanmar, por oprimir el acelerador a un proyecto para el que queda por delante apenas un año.
Este fue el acento central puesto por los jefes de Estado y Gobierno de Brunei, Cambodia, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Singapur y Tailandia, cuando pasaron revista al nivel de cumplimiento de los deberes previos.
Se estima que hasta la fecha se han implementado alrededor del 80 por ciento de los pasos preparatorios que deben anteceder a la proclamación, fijada en principio para el 31 de diciembre del año venidero, cuanto todavía quedan asuntos pendientes.
A sabiendas de estos temporales inconvenientes, los líderes del bloque emitieron una declaración sobre la Visión Post 2015 que traza una ruta integradora en un proceso sin ceñirse estrictamente a una fecha fija cual camisa de fuerza.
Dejaron claro que por encima de todo se trata de un objetivo por alcanzar en que les va a sus países la viabilidad económica y el desarrollo sostenible en un entorno global que por ahora se vislumbra con incertidumbres.
Cuenta a favor de que se trata de una región que engloba a 617 millones de personas con un Producto Interior Bruto combinado de alrededor de 1,8 billones de dólares y un crecimiento promedio del 5,3 por ciento durante el período 2006-2013.
Uno de los principales obstáculos radica en los diferentes grados de economías entre sus miembros, descrito en anteriores cumbres como brechas entre ricos y pobres, y que el surgimiento mismo de la comunidad puede ir estrechando.
Otro aspecto al que se le otorga gran importancia consiste en la interconexión en el transporte y la comunicación, en lo que queda bastante por seguir avanzando, al igual que en la conciliación de legislaciones en comercio, inversiones, tarifas aduanales y movimiento de fuerza de trabajo.
Sin embargo el ministro de industria y comercio de Malasia, Mustafá Mohamed, confía en que el 95 por ciento de los acuerdos encaminados a garantizar el buen desempeño de la venidera comunidad sean implementados al concluir 2015, y que el resto de los pactos se materialicen tras la integración.
Precisamente al gobernante de ese influyente país en la Asean, Najib Razak, le corresponderá su conducción en un tramo decisivo para fundir uno de los tres pilares integradores; los otros son el de política-seguridad y el sociocultural.
Al esbozar lo que será su mandato regional anual hizo hincapié en cerrarle el paso a los nacionalismos estrechos que pueden ir contra el espíritu comunitario.
En esta cercana cuerda presidentes y primeros ministros coincidieron en intervenciones en plenarias y diálogos bilaterales en poner énfasis en la unidad de los 10, como la llave que abrirá las puertas a los propósitos integradores.
Con tanta razón además cuando también se refirieron de nuevo a los tradicionales y los nuevos desafíos que encaran juntos como el cambio climático, desastres naturales, contaminación ambiental, epidemias, criminalidad transnacional, piratería marítima, asaltos cibernéticos, terrorismo y por último amenazas del yihadista Estado Islámico y el virus del ébola.
La Asean reiteró como fundamental que reine un clima de paz y estabilidad en el Mar del Este o sur de China y de ahí que expresara de nuevo el compromiso de buscar soluciones pacíficas a las disputas territoriales que involucran a Vietnam, Filipinas, Brunei y Malasia en torno a islas y atolones.
Se aludió en este sentido a la conveniencia de ceñirse a la Declaración de Conducta de las Partes de 2006 y dar un impulso a la propuesta consensuada de adoptar un Código complementario de comportamiento en aras de contener el uso de la fuerza o su amenaza en los conflictos.
Recientes reafirmaciones de altos dirigentes de China y Vietnam de resolver diferencias dentro de sus estratégicas relaciones de amistad, precedieron esta vez, sin tensiones, la habitual cumbre posterior de Asia Oriental, con más países participantes, a la que concurrió el presidente estadounidense, Barack Obama, montado siempre en el discurso de ocupar espacio en esta más amplia región.
La cimera de Myanmar fue como un tránsito entre la anterior del Foro de Cooperación Asia-Pacífico en Beijing y la posterior del Grupo de los 20, en Brisbane, Australia, en la que se entrecruzaron intereses geopolíticos.
Más predecibles fueron las institucionalizadas reuniones del bloque por separado con países socios, en esta ocasión Australia, India, Rusia, Estados Unidos y sobre todo el segmento Asean más tres en referencia a China, Japón y Corea del Sur, de donde procede el mayor peso de la cooperación regional.
Surgida en 1967, la Asean ha pasado la prueba del tiempo, crecido, aprendido y madurado como para intentar llegar a más, encaminándose resueltamente a la integración, una tendencia que marca los tiempos.
En su cumbre 25 en Myanmar ascendió otro escalón en una cuesta que se dibuja ardua y preñada de obstáculos, pero a la larga probablemente propiciadora de recompensas.

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