Roma, 21 Nov (PL) El papa Francisco subrayó hoy la necesidad de erradicar las desigualdades, las injusticias y los abusos de poder hacia los inmigrantes, al considerarles como un recurso al interior de las sociedades y no sólo un problema.
El Sumo Pontífice realizó las declaraciones al recibir en el Vaticano a los asistentes al congreso mundial Cooperación y desarrollo en lo pastoral hacia las migraciones, informaron fuentes cercanas a la Santa Sede.
Al caracterizar la situación de las personas procedentes de países extranjeros indicó que, por desgracia, lidian a menudo con la desilusión, el desaliento y la soledad.
El trabajador migrante se encuentra bajo la tensión del desarraigo y la integración, apuntó el Santo Padre.
De acuerdo con Radio Vaticano, el obispo de Roma precisó que, entre los problemas sociales generados, el fenómeno de la migración posibilita la pérdida de las mejores mentes en los países de origen, es decir, el robo de cerebros por parte de otras naciones con más desarrollo.
También conduce, agregó, a la fragilidad de los niños o jóvenes que crecen sin uno o más padres y el riesgo de ruptura de los matrimonios por las ausencias prolongadas.
El Papa apuntó que, lejos de analizar esas situaciones, los países receptores son los primeros en propiciar dificultades de inserción en tejidos urbanos problemáticos y de respeto de las convenciones sociales y culturales en las cuales se encuentran.
Y la esencia de los motivos de trasladarse de un sitio a otro, sentenció, continúa siendo en muchos lugares la misma de siempre, una aspiración a la esperanza, sobre todo, en las áreas deprimidas del planeta.
Francisco reiteró la importancia de adoptar una perspectiva integral, por parte de la comunidad internacional, a la hora de abordar el asunto migratorio, al enfocarse en las potencialidades por encima de los inconvenientes.
Advirtió que todos los seres humanos tienen derecho a un genuino desarrollo, para lo cual se deben establecer niveles mínimos de participación en la vida.
De esa manera, concluyó, los inmigrantes pueden convertirse en aliados en la construcción de una identidad más rica para las comunidades que los hospedan, al estimular el desarrollo de sociedades inclusivas, creativas y respetuosas de la dignidad de todos.