China respondió el lunes a lo que consideró como unas «declaraciones irresponsables» de Estados Unidos, que instó a Pekín a detener el plan de recuperación de unas disputadas islas que podrían ser lo suficientemente grandes como para dar cabida a una pista de aterrizaje.
Pekín reclama casi toda la totalidad del Mar de China Meridional, una zona estratégica que se cree es rica en minerales y depósitos de gas y petróleo. El lugar se ha convertido en uno de los mayores focos de tensión en Asia.
Brunéi, Malasia, Filipinas, Vietnam y Taiwán también tienen derechos sobre el mar.
Los comentarios del Ministerio de Relaciones Exteriores chino muestran el firme rechazo del gigante asiático ante cualquier propuesta que apunte a congelar sus actividades en la zona.
Unos reportes de prensa publicados el fin de semana citaron al portavoz militar estadounidense Jeffrey Pool instando a China «a detener su programa de recuperación de tierras y participar en iniciativas diplomáticas que alienten a todas las partes a contener este tipo de actividades».
Pekín reiteró su «soberanía indiscutible» sobre las Islas Spratly, donde se concentran la mayoría de los reclamos.
«Yo creo que nadie en el mundo exterior tiene derecho a hacer comentarios irresponsables sobre las actividades relacionadas con China», dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Hua Chunying, en una rueda de prensa.
«Las actividades relacionadas a las construcciones realizadas por China en las islas buscan principalmente mejorar las condiciones de vida del personal que está allí y cumplir mejor nuestras responsabilidades y obligaciones internacionales en materia de búsqueda, rescate y prestación de servicios públicos», agregó.
Una publicación líder en materia de defensa dijo el viernes que imágenes satelitales muestran que China está construyendo una isla en un arrecife en la Islas Spratly lo suficientemente grande como para dar cabida a lo que podría ser su primera pista de aterrizaje en el Mar de China Meridional.