París, 24 nov (PL) El presidente francés, François Hollande, realizará hoy una visita al sitio industrial de Florange, en la región de Lorraine, donde el grupo ArcelorMittal cerró los altos hornos de una fundición a pesar de la fuerte protesta sindical.
La medida del consorcio transnacional conmocionó al país durante varios meses porque puso fin a la siderurgia en esta zona, una actividad tradicional que daba ocupación a buena parte de la población del departamento de Moselle.
Trabajadores de Florange ocuparon durante semanas las instalaciones de la planta en defensa de sus empleos e, incluso, protagonizaron en 2012 una marcha de 300 kilómetros a pie hasta París, donde llegaron hasta la base de la Torre Eiffel, cuyo acero se fundió en Lorraine.
Durante su campaña electoral, el entonces candidato Hollande prometió salvar la siderúrgica por medio de una ley que prohibiese el cierre de sitios industriales sin haber buscado antes un potencial inversor, si bien el reclamo de los gremios era aplicar la nacionalización en esos casos.
La legislación fue aprobada en 2014, pero ya entonces los hornos habían sido apagados, lo que representó el final de la acería.
Además, el Consejo Constitucional eliminó la imposición de una multa de 28 mil euros a los propietarios que no buscasen inversores antes de clausurar una fábrica, con lo cual se eliminó el principal componente de la normativa.
Durante las elecciones municipales de marzo de 2014 la comuna de Hayange, donde funcionaba la planta, pasó a manos del ultraderechista Frente Nacional.
Este lunes el jefe de Estado revisará con trabajadores y representantes locales cómo marcha el proceso de acompañamiento y reubicación de quienes perdieron sus puestos en Florange.
La gira del mandatario también incluye una visita al futuro Instituto de la Metalurgia, cuya apertura está prevista el año próximo y donde el Estado invertirá unos 50 millones de euros destinados a las labores de investigación.
También inaugurará una fábrica dedicada a la construcción de piezas para motores de aviones de última generación que funcionará a plena capacidad en 2018.
A pesar de estas inversiones en esa zona el desempleo alcanza el 17 por ciento, unos siete puntos más respecto al promedio nacional, y muchas personas se ven obligadas a cruzar la frontera de la vecina Alemania para buscar un trabajo.
Poco antes de la visita de Hollande, la exministra de Cultura y diputada por Moselle, Aurélie Filippetti, publicó una carta abierta dirigida al presidente donde manifiesta el sentimiento de «tristeza y desilusión» que prima entre la gente de ese lugar.
Hija y nieta de mineros, Filippetti aseguró que «una parte de las esperanzas de la población se enfrió o se petrificó junto con los altos hornos» de Florange.
Presidente francés visita zona siderúrgica dañada por la crisis
