Electrones de alta energía crean una barrera en la Tierra

InsurgentePress, Ciudad de México.- Ahora, unos investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, la Universidad de Colorado en el mismo país, y otras instituciones, han descubierto que existe una barrera con bordes muy específicos que impide a esos electrones acercarse peligrosamente a la superficie de la Tierra.

El equipo encontró que, a despecho de donde se hallen estos electrones rodeando el ecuador terrestre, no podrán acercarse a la superficie terrestre a una distancia menor de aproximadamente 11.000 kilómetros, a pesar de su intensa energía.

Esta barrera natural e impenetrable parece ser extremadamente rígida, lo que impide a los electrones de alta energía acercarse a menos de esos 11.000 kilómetros.

El equipo de John Foster, del Observatorio Haystack, dependiente del MIT, y Daniel Baker, de la Universidad de Colorado, ha profundizado en este providencial componente del escudo natural que protege a la Tierra. Estos científicos se han valido de datos reunidos por las dos naves Van Allen, de la NASA, dedicadas a estudiar los cinturones del mismo nombre. Estos cinturones fueron descubiertos en 1958, y toman su nombre del de su descubridor, James Van Allen.

Los investigadores analizaron los primeros 20 meses de datos enviados por los satélites, y observaron la gran rigidez de esa barrera contra tales electrones, la cual aguantó firme sin deformarse o debilitarse significativamente incluso contra los fuertes embates del viento solar.

Se barajó incluso la posibilidad de una influencia por transmisiones artificiales de radio en la banda VLF. Sin embargo, los investigadores hallaron que tales ondas de radio solo afectarían a los electrones con niveles de energía moderados, afectando poco o nada a los electrones con altos niveles de energía.

Al parecer, la barrera protectora de los 11.000 kilómetros se basa en una compleja combinación de fenómenos, en la que interviene uno un tanto exótico y descrito como siseo plasmasférico, por el sonido, similar al ruido blanco o ruido de estática, con que se le percibe en un receptor con altavoz.

Es la primera vez que unos investigadores han podido caracterizar los cinturones de radiación de la Tierra y sus componentes con este nivel de detalle. Anteriormente, la NASA y el ejército estadounidense ya lanzaron satélites equipados con detectores de partículas para medir los efectos de los cinturones de radiación: la NASA estaba interesada en diseñar una mejor protección contra dicha radiación dañina; los militares, tal como indica Foster, tenían otras motivaciones.

Se barajó incluso la posibilidad de una influencia por transmisiones artificiales de radio en la banda VLF. Sin embargo, los investigadores hallaron que tales ondas de radio solo afectarían a los electrones con niveles de energía moderados, afectando poco o nada a los electrones con altos niveles de energía.

Al parecer, la barrera protectora de los 11.000 kilómetros se basa en una compleja combinación de fenómenos, en la que interviene uno un tanto exótico y descrito como siseo plasmasférico, por el sonido, similar al ruido blanco o ruido de estática, con que se le percibe en un receptor con altavoz.

Es la primera vez que unos investigadores han podido caracterizar los cinturones de radiación de la Tierra y sus componentes con este nivel de detalle. Anteriormente, la NASA y el ejército estadounidense ya lanzaron satélites equipados con detectores de partículas para medir los efectos de los cinturones de radiación: la NASA estaba interesada en diseñar una mejor protección contra dicha radiación dañina; los militares, tal como indica Foster, tenían otras motivaciones

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