Optimismo ronda diálogos por la paz de Colombia

Por Adalys Pilar Mireles

Bogotá, 5 dic (PL) Tras un impasse en las conversaciones, los diálogos de paz entre representantes gubernamentales y de las FARC-EP se reanudarán el 10 de diciembre, en medio hoy de exhortaciones de los colombianos para agilizar los pasos y finalizar el conflicto.
Interrumpido el diálogo por el presidente Juan Manuel Santos tras la captura del general Rubén Darío Alzate el pasado 16 de noviembre, voceros de ambos equipos tuvieron su primer encuentro esta semana en la capital cubana, a raíz de la liberación del militar y sus dos acompañantes, quienes permanecieron en poder del movimiento insurgente durante unos 15 días.
El grupo fue retenido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) al transitar por un área de operaciones de guerra en el departamento de Chocó.
Pese a comunicados y pronunciamientos airados de ambas partes en el transcurso de la crisis, las fuerzas beligerantes acordaron retomar las conversaciones según la agenda prevista desde el comienzo de las pláticas en 2012.
La Habana continuará como sede de tales negociaciones, las cuales proseguirán con el tema de los derechos de las víctimas del período bélico -que suman más de seis millones-, ocasión cuando emisoras radiales del país suramericano realizarán una transmisión conjunta a propósito de tales gestiones.
A su regreso a Bogotá procedente de Cuba, el abogado Humberto de la Calle, representante del gobierno colombiano en el proceso pacificador, calificó de buena noticia la reactivación de la mesa de encuentro y aclaró que la prioridad es acabar la guerra, no regularizarla.
Cuando hablamos de desescalar los enfrentamientos estamos pensando en medidas iniciales, de carácter humanitario, las cuales posibilitarán bajar la intensidad de la confrontación, añadió la víspera.
Las FARC-EP han reiterado la importancia de un cese bilateral de las hostilidades a fin de crear un ambiente propicio para las pláticas y minimizar los daños a la población civil.
Aunque restan muchas definiciones y acuerdos, los ciudadanos de a pie, religiosos, activistas, líderes políticos y sociales, abogan por alcanzar pronto un escenario de paz, independientemente de los conceptos o términos utilizados para delinearlo.
Algunos piden al menos una tregua para sentir lo que es un país sin barbarie, otros claman por detener el fuego de ambas partes.
El Sistema de Naciones Unidas en Colombia, llamó igualmente ayer a aliviar el sufrimiento provocado por la violencia y a avanzar decididamente hacia una conclusión exitosa.
Por su parte, el mandatario insistió en la necesidad de acelerar el ritmo con el objetivo de acabar cuanto antes la guerra, acentuada en los escenarios rurales en detrimento de sus habitantes, blancos de desplazamientos y principales testigos de la crueldad belicista.
En tanto, desde Colombia y el mundo aguardan los resultados de las citas venideras, aún cuando faltan los puntos más complicados referidos a la justicia transicional, fin del conflicto, la dejación de las armas y la reintegración a la sociedad de la agrupación guerrillera.
De momento sólo queda esperar la llegada del 2015, que pudiera ser el año de la paz, según consideraciones de los más optimistas.
Más de medio siglo de enfrentamientos ocasionaron ya unas 230 mil muertes en la nación andina, los desplazamientos forzados y desapariciones son otros de los flagelos asociados a la guerra, al igual que los llamados falsos positivos o ejecuciones extrajudiciales de civiles, presentados después como guerrilleros abatidos en combate, que rondan los cinco mil casos.

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